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Carlos Ferrer pedirá hoy a los empresarios un compromiso de creación de empleo

La asamblea general que celebra hoy la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), según diversas fuentes, será "estatutaria y de puro trámite, salvo sorpresas de última hora". La calma sucede a la tempestad. Leopoldo Calvo Sotelo y los presidentes de los siete primeros bancos del país se sentaron, a finales de octubre, con Carlos Ferrer y algo empezó a cambiar en el seno de la patronal.

Tan sólo han pasado unos meses desde aquella otra asamblea general de los empresarios, que tuvo lugar el 9 de septiembre, en la que el propio presidente, Carlos Ferrer, convulsionaba al país con un discurso en el que auguraba "una inevitable y próxima derrota de UCD entre el hastío del electorado". Hoy, seis meses después, han amainado las críticas a los políticos y al Gobierno, y el presidente de la CEOE se dispone a constatar la grave situación económica y a pedir sinceramente a los empresarios que secunden las medidas de creación de empleo aceptadas por la patronal.El discurso de hoy de Ferrer no va ser un rosario de loas a Calvo Sotelo, porque no puede serlo, pero tampoco va a ser un ataque frontal al Gobierno, a UCD o a los partidos políticos. El estancamiento de la economía, y las desproporcionadas expectativas de mantenimiento de los niveles de empleo creadas por el Acuerdo Nacional sobre Empleo (ANE), condicionan, tanto o más que las pugnas internas en la CEOE, el texto que hoy va a ser leído ante los empresarios.

El análisis económico no aportará grandes novedades, ya que va a seguir las líneas generales marcadas por recientes intervenciones públicas de José Luis Cerón (presidente de la comisión de política económica de la CEOE), Rafael Termes (presidente de la, patronal bancaria) y Carlos Pérez de Bricio (presidente de la patronal del metal). La gran novedad va a ser el énfasis con que Ferrer va a pedir a los empresarios que secunden los acuerdos contraídos por la CEOE con la Administración y con los sindicatos, la solicitud de que utilicen a fondo las nuevas fórmulas de contratación y, en definitiva, la necesidad de que creen empleo.

Preocupación por el ANE

"Más allá que los intereses concretos del empresariado", comentó un cualificado dirigente de la CEOE, "nos preocupa el posible deterioro del conjunto de las instituciones si a finales de año hay que decir a los trabajadores que han perdido dos puntos en su poder adquisitivo a cambio de nada". "Se criticaron y malinterpretaron mucho las reticencias de la CEOE ante este acuerdo", añaden las citadas fuentes, "cuando la intención de la patronal era exclusivamente que no se crearan artificialmente expectativas irreales y que la Administración detallara -cosa que aún no ha hecho- las medidas concretas de creación de empleo". De ahí que Ferrer centre hoy su discurso en recabar la contribución del empresariado para, en alguna medida, paliar el posible fracaso del ANE en el mantenimiento de los niveles de empleo. Fracaso que coincidiría con un período electoral o preelectortal, con comicios sindicales y con el inicio de la campaña de negociación de convenios.

Este mensaje, por otra parte, no provocará nuevas tensiones internas en la CEOE. El excesivo protagonismo político de algunos dirigentes de la patronal en sus intervenciones, especialmente del propio Carlos Ferrer y de José Antonio Segurado, criticando abiertamente a los partidos y pidiendo, incluso, el cese de algún ministro -hoy vicepresidente del Gobierno para Asuntos Económicos- disgustó profundamente a la gran banca y a los grandes empresarios, aunque contentó a unas bases formadas por el pequeño y mediano empresario de provincias.

Los primeros, que son los que realmente financian a la CEOE (adelantan cuotas para que puedan pagarse las nóminas, contribuyen a presupuestos extraordinarios y otorgan ayudas a fondo perdido), necesitan mantener unas relaciones constantes y fluidas con la Administración -independientemente del partido que esté en el poder- y, por ello, no consienten "actuaciones por libre" de dirigentes de la patronal que puedan crearles problemas. Los segundos, las llamadas organizaciones territoriales, se muestran mucho más nostálgicos del paternalismo del régimen anterior, aunque combinan liberalismo e intervencionismo.

Importantes matices políticos

Casi todos están dispuestos a movilizar el voto y los dineros del empresariado hacia opciones de derecha que -según dicen- "respeten la economía libre de mercado". Las diferencias surgen ante el grado de sutilidad de este apoyo, ante la dimensión del abanico de partidos a apoyar y ante las diversas, y hasta encontradas, concepciones de la llamada "economía libre de mercado". Mientras, para algunos, el triunfo de Alianza Popular en Galicia con el apoyo de la CEOE ha sido también un éxito de la patronal, para otros no lo ha sido tanto. Cuando algunos aplauden con fruición las críticas al PSOE, otros -más posibilistas- las consideran inoportunas y contraproducentes.

De ahí que la banca, y dirigentes como Carlos Pérez de Bricio, Ignacio Briones o Juan Alegre, no sean ajenos -a juicio de muchos observadores- al ligero "tirón de orejas" que se ha dado a quienes ponen demasiado ardor y estrépito en sus críticas al Gobierno y a la clase política. La famosa y fugaz retirada de la CEOE de la comisión de seguimiento del ANE o la polémica entre la patronal y el profesor Fuentes Quintana en la comisión tripartita para la reforma de la Seguridad Social, han sido utilizadas para socavar el poder del secretario general de la patronal, José María Cuevas, y el de los dirigentes allegados al mismo.

Tampoco hay que olvidar, cuando se habla ya de delfines para Ferrer, a pesar del largo mandato que le queda todavía a éste, la propia naturaleza de la CEOE. Una organización donde conviven difícilmente la banca, cuyas decisiones se toman al margen de la CEOE, las grandes empresas nacionales y multinacionales, y el grueso de pequeñas y medianas empresas. Tres colectivos con intereses claros y contrapuestos que conforman, en un equilibrio precario, toda la fuerza y toda la debilidad de las siglas CEOE.

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