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Se extiende en la RFA una ola de xenofobia contra los emigrantes

Hasta el diario sensacionalista Bild Zeitung, que no se distingue por sus posicioinies favorables a los extranjeros, se conmovió con el suicidio del muchacho turco, a quien calificó de "trabajador, amable y pacífico". La trayectoria de este hijo de emigrantes turcos es bastante típica: debido a su falta de conocimientos de alemán, estaba en la escuela con niños tres años menores que él y sus notas eran malas. Todo esto provocaba continuos escarnios de sus compañeros de clase, niños que quizá se limitaban a trasladar a la escuela los prejuicios los comentarios despectivos escuchados en sus casas. ."Quisimos traer fuerza de trabajo, pero llegaron seres humanos". La frase del escritor suizo Max Frisch se escucha con frecuencia estos días en la RFA con motivo del llamado problema de los extranjeros. También circulan otras frases no tan comprensivas, que se puederi resumir bajo el lema de extranjeros, fuera.

Se recuerda estos días, en programas de televisión en la RFA, la llegada del emigrante un millón, que fue precísamente un espafíol. Entonces el gastarbeiter (trabajador invitado), como se llama eufemísticamente a los emigrantes en la RFA, fue recibido a bombo y platillo en la estación. Eran los tiempos de coyuntura económica boyante.

Hoy, con la crisis, que ha dejado a dos millones sin trabajo, muchos alemanes hacen el cálculo simplista de que bastaría la expulsión de los extranjeros para solucionar el problema del paro.

Esta inquietud por el propio puesto de trabajo se expresa en diversas manifestaciones de tipo xenófobo. Un diario amarillo de Colonia, Express, publicó, con unas observaciones críticas, una pequeña antología de chistes de turcos que circulan por la RFA. Los turcos han pasado a ocupar el puesto que en su día tuvieron los judíos en el macabro humor alemán.

Chistes sobre turcos

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En uno de los chistes se pregunta cuál es la diferencia entre turcos y judíos: "Los judíos, ya lo pasaron, y los turcos, todavía no". En otro chiste se explica la diferencia entre desgracia y catástrofe: "Una desgracia es que se hunda un barco lleno de turcos y una catástrofe es que sepan nadar".

Los turcos son el blanco de los sentimientos xenófobos y racistas, porque representan la colonia emigrante más numerosa -un millón y medio, aproximadamente- y por pertenecer a un área cultural musulmana que muchas veces entra en contradicción con las costumbres y modo de vida de la RFA.

Actualmente, en la RFA hay unos 61.500.000 habitantes y 4.500.000 extranjeros, lo que representa un 7,3% de la población. Uno de cada tres extranjeros es un turco. Los 180.000 españoles son, por su número, la quinta colonia extranjera residente en la RFA, lo que no les libra de sufrir también las consecuencias de los resentimientos y prejuicios existentes en el país, aunque menos que los turcos.

Entre los políticos existe conciencia del problema de los gastarbeiter, y el Parlamento federal (Bundestag) ha dedicado al tema un día completo de debates.

Drásticas medidas

El Gobierno quiere mantener cerrada a cal y canto la emigración, y recientemente puso en marcha recomendaciones a los diferentes Estados federales (laender) para dificultar la reagrupación familiar y la llegada a la RFA de esposas e hijos de emigrantes procedentes de países fuera de la Comunidad Económica Europea (CEE).

EL PAÍS ha tenido conocimiento de que las autoridades alemanas aplican ya estas medidas contra espaiíoles. Un emigrante español residente en el Estado de Baden-Wurtemberg recibió un escrito donde se niega a su esposa el permiso de residencia en la RFA y se le advierte que deberá abandonar el territorio alemán.

La oposición democristiana va todavía más lejos en estas medidas y quiere que los futuros miembros de la CEE, España y Portugal, no dispongan del derecho a la libre circulación de la mano de obra, lo que contradice el Tratado de Roma. En este punto, el Gobierno de socialdemócratas y liberales se conforma con fijar largos períodos de transición a los futuros países comunitarios antes de permitir la libre circulación de mano de obra.

En este punto, el canciller federal alemán, el socialdemócrata Helmut Schmidt, fue categórico ya desde la primera visita del entonces presidente de Gobierno español, Adolfo Suárez, a Bonn, cuando dijo tajante a los periodistas que "no piensen que la entrada en la Comunidad va a suponer que podrán exportar el paro".

El Gobierno de la RFA vería con buenos ojos una asimilación de la nueva generación de emigrantes, nacidos y criados en el país, y ha lanzado ya la idea de facilitarles la nacionalidad alemana, con la condición de que hagan el servicio militar. Esto solucionaría la acuciante falta de reclutas del Ejército federal alemán, que calcula un déficit de unos 100.000 soIdados en la década de los noventa.

El canciller Schmidt llegó a formular la alternativa de "o se hacen alemanes o tendrán que marcharse". La oposición democristiana se opone a estos planes de germanización y también de integración.

El manifiesto de Heidelberg

La ola de racismo y xenofobia ha tenido un fuerte espaldarazo con un manifiesto de Heidelberg, en el que quince catedráticos de universidad han lanzado una serie de reflexiones con marcado tufo racista. Hasta ahora no hay constancia de que las autoridades hayan puesto en marcha medidas displinarias contra estos funcionirios públicos, lo que contrasta con la celeridad aplicada en los casos de desviación ideológica hacia la izquierda.

Los quince catedráticos apelan para "la fundación de una federación independiente de partidos e ideologías, cuya tarea sea la conservación del pueblo alemán y su identidad espiritual sobre el fundamento de nuestra herencia occidental y cristiana". Los pueblos, dicen los catedráticos, "son, biológica y cibernéticamente, sistemas vivos de un orden más alto con características sistemáticas, diferenciados unos de otros, que se transmiten genéticamente y a través de las tradiciones. La integración de grandes masas de extranjeros no alemanes no es compatible con la conservación simultánea de nuestro pueblo y conduce a las catástrofes conocidas de las sociedades culturales".

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