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El nuevo programa de inversiones militares pondrá a las FAS al nivel de Europa occidental

La modernización material de las Fuerzas Armadas españolas en los ocho próximos años, hasta situarlas en un nivel medio entre los países de Europa occidental, es el objetivo de la ley sobre dotaciones presupuestarias para inversiones y sostenimiento de las FAS, de cuyo proyecto informó ayer ampliamente el ministro de Defensa, Alberto Oliart ante la comisión correspondiente del Congreso. En base a dicha ley, las dotaciones presupuestarias previstas para material y mantenimiento de las FAS hasta 1990, ascenderán a un total de más de dos billones de pesetas de hoy, es decir, corrigiendo el desgaste inflacionario.

Antes de pasar a un análisis, artículo por artículo, del proyecto de ley, que por decisión mayoritaria de la Junta de Portavoces debe pasar a la Comisión de Presupuestos, Alberto Oliart se refirió a la evolución de los gastos de Defensa en el Producto Interior Bruto, que ha pasado del 1,64% de 1971 al 2,04% que suponen en 1982. Indicó a este respecto Oliart que, de acuerdo con la actual situación económica española y las posibilidades reales, se ha hecho un esfuerzo importante para situar el presupuesto de Defensa en la cota actual, que se sitúa más cerca ya de la cota del 3% que se recomienda para los países de la OTAN.La ley prevé, en su artículo primero, la autorización al Gobierno para que realice un nuevo programa conjunto de inversiones, reposición de material, equipo y armamento, y sostenimiento de las Fuerzas Armadas en el período 1983-1990, ambos inclusive, encomendándose al Ministerio de Defensa su desarrollo y ejecución. A este respecto, su titular, Alberto Oliart, destacó la importancia del artículo octavo de la ley, por el que su departamento podrá proponer al Gobierno aquellas medidas que permitan fomentar, al máximo posible, la producción nacional en la realización del programa de inversiones.

"Responde este artículo", dijo Oliart ante la Comisión de Defensa, "al deseo de este ministro de dar prioridad a la industria nacional en materia de Defensa; a la idea de utilizar esta ley para provocar el máximo efecto de inversión y expansión posible en la misma". Añadió, en este sentido, que se van a intensificar las acciones de fomento industrial de armamento, no sólo dirigido a las empresas que, de forma directa, fabrican armas, sino también a aquellas que elaboran materiales para su incorporación a los sistemas de defensa. Citó luego como prioridades en este campo, las industrias de óptica, telecomunicaciones y electrónica.

Resaltó también Alberto Oliart el alcance del artículo décimo de la ley, que faculta al Gobierno para, a la vista de las circunstancias de todo orden que puedan incidir en la realización del programa que ampara la ley, proponer, cuando las circunstancias lo aconsejen, la actualización de las correspondientes consignaciones presupuestarias y, en su caso, la revisión y modificación del mencionado programa. En cualquier caso, el Gobierno se obliga con este artículo a enviar a las Cortes Generales, antes del primero de enero de 1986, un proyecto de ley que revise y, en su caso, modifique las consignaciones correspondientes a los cuatro años siguientes y amplíe la vigencia de la ley hasta final del año 1994, para dar continuidad al programa conjunto de inversiones, reposiciones y sostenimiento de las Fuerzas Armadas.

230.689 millones para 1983

La dotación prevista por la ley para 1983 es de 230.689 millones de pesetas, que se elevarán a 309.845 en 1990, siempre sobre la base de mantener el esfuerzo de defensa en el 2,04% del Producto Interior Bruto.

La entrada en vigor de la ley permitiría, en opinión de Oliart, mejoras importantes en el material de la Armada y de los ejércitos de Tierra y Aire. Con respecto a este último, indicó que la capacidad de entrenamiento y operaciones hechas se situaría en el 50% de los países occidentales. Con el programa, precisó, se terminará el pago de los aviones Mirage F- 1 y se invertiría en material de electrónica y en la compra de nuevos caza-bombarderos, en sustitución de los Phantom y F-5 que, en número de 87 a 90, deben ser dados de baja a partir del año 1986. El número de aviones de este tipo no sufrirá aumento.

En lo que hace a la Armada, precisó el ministro que se concluirá el programa naval en marcha, y en ese sentido adelantó que en mayo se votará un portaeronaves y que a partir de 1985 estarán también construidas tres fragatas antisubmarinos. Dijo , asimismo, que dentro del programa se terminarán una serie de submarinos Angosta, en sustitución de los cuatro submarinos cedidos por Estados Unidos, de los que uno ha sido ya dado de baja. El programa de inversiones debe afrontar también, en opinión de Alberto Oliart, la realización de una parte del nuevo programa naval, que incluye la construcción de dos destructores y siete fragatas de escolta, tipo oceánico. Barcos de superficie de ataque y defensa que, como explicó el ministro, deben ser capaces de asegurar la defensa en las rutas esenciales del Atlántico Sur y del Mediterráneo.

En el capítulo de inversiones destinadas al ejército de Tierra en el programa, destacó Oliart las destinadas a pagar los compromisos adquiridos en la compra de modernos carros de combate M-47, vehículos Pegaso BMR, helicópteros de combate y medios electrónicos de guerra. El programa prevé también el incremento de la potencia defensiva antiaérea, con la compra de misiles de baja cota y la renovación del material de las unidades de intervención inmediata.

En el turno de intervenciones, todos los representantes, excepto los centristas, criticaron el hecho de que el Ministerio de Defensa presente una ley de presupuestos de dotaciones materiales a las FAS cuando todavía no se ha debatido, como está previsto por ley, la política de Defensa del Gobierno español. A este respecto, Oliart se comprometió a que dicho debate puede producirse en la Comisión ole Defensa, una vez que sus miembros reciban la memoria que acompaña al proyecto de ley.

Por otra parte, el actual presidente de la comisión, Guillermo Medina, manifestó ayer que cuando se constituya la nueva comisión, con arreglo al reglamento renovado, si es reelegido en el cargo tiene intención de propiciar un debate en torno a las líneas generales de la política española en materia de Defensa.

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