El defensor de Milans del Bosch aporta los testimonios de generales de la III Región Militar
La vista se reanudó a las cuatro de la tarde, con la lectura, a petición del ahogado de Milans del Bosh, de la declaración presentada por el general Emilio Urrutia, jefe del Estado Mayor de la III Región Militar. La declaración tiene fecha de 13 de abril de 1.981, y en ella el general Urrutia declara que lo normal era que se le hubiera informado de lo que iba a suceder en Valencia antes del 23 de febrero, en virtud de su cargo de jefe de Estado Mayor. Asimismo aseguró que el bando que hizo público Milans del Bosh se debió de encargar al secretario de Justicia de Capitanía, en lugar de al coronel segundo jefe de Estado Mayor.
A continuación el defensor de Milans pidió que el relator leyera la declaración del coronel Gómez de Salazar, que era jefe de Estado Mayor de la división Maestrazgo, de Valencia, el día de los hechos. En esa declaración, hecha el 24 de febrero, el coronel manifestó que hacia las siete de la tarde del 22 de febrero le fue comunicado que el teniente general Milans había decidido realizar un ejercicio de alerta, por lo que se le citaba en Capitanía para el día siguiente a las ocho de la mañana del día 23. El coronel Gómez de Salazar manifestó que sobre las 17.30 horas del 23 de febrero llegó a su despacho el capitán Cervera, del Estado Mayor de Capitanía, que portaba un sobre con las instrucciones de lo que debía realizar la división Maestrazgo dentro de la operación de alerta. Por la noche llamaron a la citada división desde el Estado Mayor del Ejército diciendo que el teniente general Gabeiras quería hablar con el general León Pizarro, jefe de la división. Como el general Pizarro no estaba, el coronel Gómez de Salazar preguntó si el general Gabeiras quería hablar con él, y le respondieron que no. Según su testimonio, desde el despacho de Gabeiras no se volvió a recibir ninguna otra llamada durante la noche del 23 de febrero y madrugada del 24.A continuación, el coronel Escandell, defensor de Milans del Bosh, pidió que se diera lectura a la declaración del general Octavio García de Castro, jefe de ingenieros de la III Región Militar. En ella, el general manifiesta que hacia las diez de la mañana del 23 de febrero, visitó al teniente general Milans, en su despacho de Capitanía, para ultimar los planes de una visita de inspección que debía realizar Milans en los próximos días. El general García de Castro, prosigue en su declaración, fue avisado, hacia las doce del mediodía desde el Gobierno Militar de Valencia, de que a las cuatro de la tarde había que poner en marcha la "operación Turia". Poco después le avisaron que a las cinco y media estuviera en Capitanía, porque el teniente general Milans del Bosh quería reunirse con él.
A las 17.45 horas, Milans se reunió con varios generales, sigue diciendo el general García de Castro en su declaración, y les dijo que a las seis de la tarde iba a producirse en Madrid un hecho grave, del que tenía conocimiento el Rey, a consecuencia del cual el capitán general de Valencia iba a leer un bando, cuyo objetivo era evitar que Fuerza Nueva actuara por su cuenta, ya que lo que iba a suceder en Madrid no era el inicio de un movimiento de derechas, sino que tenía por objeto instituir un Gobierno bajo la presidencia del general Alfonso Armada.
El general García de Castro dice en su declaración que varios de los presentes a la reunión con Milans le preguntaron por qué hablaba de vacío de poder, a lo que el teniente general respondió que como el hecho iba a ocurrir pronto, podía adelantarles que se trataría de un asalto al Congreso de los Diputados.
Llamada de La Zarzuela
El mismo declarante dijo que ya por la noche del 23 de febrero, recibió una llamada de uno de los ayudantes del Rey, y le pidió que informara directamente a La Zarzuela de lo que estaba ocurriendo en la III Región Militar. El general García de Castro dijo al ayudante del Rey que el bando de Milans era para mantener el orden hasta que el propio Rey dispusiera lo que considerase oportuno. Después de esta conversación con La Zarzuela, García de Castro llamó a Milans, quien le dijo que cuando el Rey se lo ordenara retiraría las tropas inmediatamente.
A continuación, también a petición del defensor de Milans, fu leída la declaración del general jefe de los Servicios de Intendencia de la III Región Militar, José Abad Labarca, quien señaló que en la reunión del teniente general Milans con varios generales, a las 17.45 del 23 de febrero nadie pidió explicaciones a Milans, y que ninguno pensó que las órdenes que iba a dictar fueran ilegales, por cuanto entendieron que eran ya conocidas por el Rey.
De nuevo a petición de¡ letrado Escandell se leyó la declaración del general Demetrio Gil Espasa, que era jefe de sanidad de la III Región Militar el 23 de febrero de 1981. Este general declaró que en la mañana del día 23 el gobernador militar de Valencia, general Caruana, le ordenó preparar la Operación Turia, porque había noticias de que un comando de ETA estaba en la ciudad. También fue convocado a una reunión con el capitán general, a las 17.30 horas, reunión en la que Milans reiteró su lealtad al Rey y su disposición a cumplir cualquier orden de la superioridad.
El defensor de Milans pidió a continuación la lectura de la declaración del teniente coronel Horacio Santos, del Estado Mayor de la Capitanía General de Valencia, quien manifestó que hacia las 10.30 horas del 23 de febrero participó en una reunión con el capitán general, a la que asistieron también el general jefe del Estado Mayor citado, el coronel segundo jefe y los tenientes coroneles de las cuatro secciones.
En la reunión, Milans dijo que ese día iba a ocurrir un hecho grave, y que Armada -que estaría en la Zarzuela- le había dicho que ese hecho lo conocía el Rey. Leyó el bando y advirtió que no consistía en una declaración de estado de excepción o de guerra, sino que tenía como objeto mantener el orden a raíz del hecho previsto. Todos los presentes, agregó el teniente coronel Santos, estuvieron de acuerdo, dado el planteamiento del capitán general, y se pusieron a sus órdenes. El teniente coronel Santos recibió, sobre las 12.45, unos sobres que debía entregar a los gobernadores militares de Alicante y Cartagena, y al comandante militar de Lorca, misión que realizó.
Milans no explicó qué iba a pasar
En la declaración del teniente coronel Jaime Guerri Baquet, del mismo Estado Mayor, también leída a petición de Escandell, este jefe se refiere también a la reunión de la mañana del 23 de febrero, y precisó que Milans nunca dijo cuál era el hecho que iba a suceder, aunque sí que estaría de acuerdo con la Constitución. también él recibió un sobre, esta vez para entregar al más antiguo de la plaza de Alcoy, cuando oyera el bando por las emisoras de radio. También dijo que en la reunión Milans asumió toda la responsabilidad, y le aconsejó que tuviera guante blanco con las autoridades civiles, y manifestó que nunca creyeron que se tratara de una rebelión, porque se les dijo que todo contaba con la aquiescencia del Rey.
Después se leyó la declaración del capitán de navío Emilio Nieto Rioboo, comandante de Marina de Valencia el 23 de febrero. Nieto relató que fue llamado a Capitanía, donde llegó sobre las 19.45 horas, y allí Milans dijo que asumía el bando ya publicado y que en la región no se movía ni una mosca. El teniente coronel Gerardo López Cuadra, jefe accidental de la Policía Nacional en Valencia, cuya declaración se leyó después, a petición de Escandell, dijo que el ambiente fue siempre distendido en el Gobierno Civil de Valencia, y que tuvo la impresión en todo momento de que las autoridades civiles no hacían más que colaborar con las militares, durante la noche del 23 de febrero.
Salvador Escandell solicitó a continuación que se diese lectura a la declaración del general Antonio Hermosilla, que era jefe de la tercera zona de la Guardia Civil el 23 de febrero del pasado año. El general Hermosilla señala en su testimonio que sobre las 18.30 horas de la fecha antes mencionada llamó a la comandancia de la Guardia Civil de Valencia, donde le comunicaron que las fuerzas estaban acuarteladas, a lo que el gobernador asintió y añadió que se transmitiera serenidad a los guardias civiles.
El general Hermosilla indica que a las 19.15 del 23 de febrero del año pasado acudió a capitanía general después de ser localizado y allí mantuvo una reunión con Milans del Bosch en la que, según su relato, no se habló de rebelión ni de golpe de Estado, sino de medidas para mantener el orden, a la espera de lo que dispusiera el Rey Juan Carlos.
Hermosilla manifiesta en su declaración que en la madrugada telefoneó al Gobierno Civil de Valencia el teniente general Gabeiras y habló con el general Caruana en un despacho anejo al del gobernador civil. Caruana salió con cara de preocupación por lo que los presentes pensaron que había recibido alguna orden severa de Madrid. Caruana pidió a Hermosilla que le acompañara a capitanía general, aunque no llegó a entrar en el despacho de Milans. Escuchó entonces, en el despacho de ayudantes del teniente general, el discurso del Rey y luego se fue a su casa.
Los mandos de la Guardia Civil de Valencia, según la exposición del general Hermosilla, no tuvieron nada que ver con la preparación de los hechos que acontecieron los días 23 y 24 de febrero de 1981. Agrega que ninguna persona comunicó a la Guardia Civil que lo dispuesto por Milans fuera legal o ilegal hasta la retirada de las fuerzas en la madrugada del 24.
Llamada de Milans a Gabeiras
A las 17.25 el abogado defensor del general Armada, Ramón Hermosilla, solicitó la lectura de la declaración certificada del teniente general Milans del Bosch que lleva fecha de 3 de marzo de 1981. En esta declaración Milans asegura .que sobre las 19 horas del 23 de febrero de 1981 telefoneó al teniente general Gabeiras, para comunicarle que, ante al asalto al Congreso de los Diputados había ordenado acuartelar las tropas y difundido un mando para mantener el orden. Milans asegura que Gabeiras no le puso objeción alguna.
Milans indica que en una llamada posterior le dijo al jefe del Estado Mayor del Ejército que que había ordenado a las fuerzas bajo su mando que se hallaban realizando ejercicios en las inmediaciones de Valencia que se acercaran a la capital y que Gabeiras tampoco puso reparo. Milans mantiene en su testimonio que se limitó a cumplir órdenes durante los días 23 y 24 de febrero del pasado año.
Seguidamente Ramón Hermosilla pidió la lectura de una nota informativa de la jefatura de Estado Mayor del Ejército sobre los sucesos del 23 de febrero. En ella se anuncia que Gabeiras dispuso el cese del teniente general Milans del Bosch como capitán general de la tercera región militar después de haber mantenido una conversación telefónica con él.
La nota informativa agrega que el general Armada se ofreció al teniente general Gabeiras para buscar una solución política a la situación creada por el asalto al Congreso, la oferta sería rechazada. No obstante, Armada fue autorizado a dirigirse al palacio de las Cortes para proponer a los asaltantes que les serían facilitados unos aviones para salir de España, siempre que respetarán las vidas de los secuestrados. Le precisaron que cualquier otra gestión tendría que hacerla a título personal.
El defensor de Armada requirió acto seguido la lectura de la declaración prestada el 27 de marzo de 1981 por el teniente coronel Mariano Aguilar, jefe de la oficina de Información del Estado Mayor del Ejército cuando se produjo el in-
El defensor de Milans del Bosch aporta los testimonios de generales de la III Región Militar
tento de golpe de Estado. Aguilar asegura que Gabeiras y Armada recibieron la noticia del asalto al Congreso con el mismo estupor y que el primero le envió a él al Congreso para obtener información directa de lo que sucedía.Mariano Aguilar explica que durante su estancia en el Congreso pudo ver como el teniente coronel Tejero conversaba con el coronel Alcalá Galiano, jefe de la primera circunscripción de la Policía Nacional (Madrid) en aquella fecha, y en un momento determinado Tejero atendió el teléfono y Alcalá Galiano trató de desarmarlo, ante esto Tejero hizo ademán de darle con el auricular en la cabeza a su opositor. Alcalá Galiano dijo entonces a Tejero: "¿Qué haces?, estamos entre compañeros". (La lectura de este episodio provocó risas entre los asistentes a la sesión).
A continuación Ramón Hermosilla pidió que fuese leída la declaración prestada por Pedro Alvarez Soler, magistrado del Tribunal eclesiástico de la Rota y amigo personal de Armada. Este magistrado relata que el domingo 22 de febrero de 1981 vió a Alfonso Armada y su familia en misa de doce, en el convento de la Encarnación de Madrid y que el general le comentó que estaba muy contento con su nuevo destino.
Declaración de Aramburu
El defensor de Armada requirió acto seguido que fuera leída la declaración del general Aramburu, director general de la Guardia Civil cuando se produjo el asalto al Congreso. Este general relata que una vez instalado en el hotel Palace, al enterarse que el teniente coronel Tejero no recibía más órdenes que las del Rey, del teniente general Milans y del general Armada, solicitó la presencia de este último.
Cuenta Aramburu que en el hotel Armada le indicó hacia las 24 horas del día 23 que estaba autorizado por Gabeiras para hacer de interlocutor y que la situación en cuatro capitanías era grave. El entonces director general de la Guardia Civil asegura que Armada le relató que iba a ofrecer a los diputados un gobierno de transición y que en ello no tenía nada que ver el Rey. Aramburu agrega que el director de seguridad del Estado, Francisco Laina, telefoneó al Palace para indicarle que la propuesta de Armada no era constitucional y estaba desaprobada por el Rey.
A las 18.00 horas el presidente del Consejo Supremo de Justicia Militar levantó la sesión hasta las 10.00 horas de mañana.
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