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Cuatro sesiones de goteo a la baja

La semana bursátil ha transcurrido con un suave goteo a la baja que, sesión tras sesión, ha terminado por alcanzar a casi todos los sectores. Lo poco significado de los volúmenes comprometidos, sin embargo, hace que la caída sea de las cotizaciones más simbólica que otra cosa.De todas maneras, continúa existiendo la posibilidad de que las ventas institucionales comiencen desde el mismo momento en que la realización de plusvalías pueda estar asegurada, una vez que el mercado haya conseguido cierto fortalecimiento.

El problema está en saber cuándo llegara ese momento. En la última sesión de la semana, los analistas parecían bastante convencidos de que una vez más la influencia de la situación política estaba pesando más en el ánimo de los inversores que la propia evolución del mercado.

Se hablaba incluso de la sensación de prudente espera que ha originado el inicio del juicio por la intentona golpista del 23 de febrero, así como que, mientras que no termine el proceso y se sepan unas sentencias firmes -todo ello, se supone, para alcanzar una normalización de la vida política española-, la bolsa no dormirá tranquila y, por consiguiente, la posibilidad de un relanzamiento estará más que en el aire.

La pérdida de 86 centésimas a lo largo de esta landa bursátil se ha repartido bastante equitativamente, aunque quizá hayan sido los valores bancarios quienes han soportado la mayor parte de esta ligera pérdida.

En todo caso, los bancos han tenido que enfrentar la afluencia más masiva de órdenes vendedoras, que en la sesión del jueves llegó a materializarse en más de 100.000 títulos en busca de comprador.

Dado que nadie quería quedarse con el papel, una vez más los fontaneros bancarios tuvieron que apoyar las cotizaciones de sus va.lores respectivos.

Finalmente, el mercado bursátil ha tenido que hacer frente esta semana a la digestión de algo que se veía venir desde hace meses: los 120.000 millones de pesetas de la emisión de deuda pública a corto plazo y otros 30.000 millones que tienen que renegociarse del ejercicio anterior.

Son muchos los que temen que ese importante paso en la liberafización del sistema. financiero puede afectar al mercado de letras, que últimamente está ofreciendo jugosas oportunidades a los inversores y está mostrando un dinamismo por encima. de lo esperado hace un año.

Aunque aún no están perfiladas las condiciones técnicas de la emisión, se sabe que los títulos (pagarés del Tesoro) se emitirán con un tope mínimo de diez millones de pesetas, a seis meses o un año, y se supone que existirán fórmulas para que sea posible hacer participaciones más pequeñas, lo que permitiría el poder acceder a estos títulos a un eleva.do número de ahorradores modestos.

Si esto fuera a.sí, también el mercado de valores podría verse afectado.

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