Renace la línea dura del PC polaco, contraria a Jaruzelski
Las principales autoridades eclesiásticas de Polonia, encabezadas por el cardenal primado Jozef Glemp, se encuentran desde ayer en Roma para preparar con el Papa una nueva estrategia católica en su país. Esta es su primera visita a el Vaticano desde el golpe militar del pasado 13 de diciemibre y coincide con el resurgimiento del sector duro del Partido Obrero Unificado Polaco (POUP, comunista), a la espera de poder hacerse con el poder superando, llegado el caso, al propio general Wojciech Jaruzelski, según informa New York Times.
Según fuentes del Comité Central del POUP, el sector duro se muestra muy activo últimamente en los medios dirigentes que se oponen a una vuelta a las reformas y al diálogo con el sindicato independiente Solidaridad. Una fuente aseguró que "se trata de un iceberg. La parte visible es pequeña y está representada por el miembro del Polituburó Albin Siwak.El objetivo de este sector, claramente prosoviético, es otorgar un papel político predominante a Tadeusz Grabski, depurado el pasado mes de julio en el IX congreso del POUP y decidido opositor a la línea centrista del ex primer secretario polaco, Stanislaw Kania.La línea dura está apoyada por algunos miembros del Buró Político, la sección del POUP en Varsovia, la Escuela de Ciencias Sociales dependiente del Comité Central y el Ministerio del Interior, la única institución que no controla completamente Jaruzelski.
Negociar con Walesa
Una alta fuente del POUP informó que circula un manifiesto anónimo bajo el título "Plataforma de la izquierda" en el que, además de solicitar una pureza ideológica marxista-leninista y un modelo político idéntico al de la URSS, exige la depuración del ala moderada del partido y menciona expresa mente los nombres de los miembros del Politiburó Kazimierz Barcikowski e Hieronim Kubiak, así como el del viceprimer ministro Mieczyslaw Rakowski y del ex dirigente Andrzej Werblan, que ya tenía fama de liberal en la época de Edward Gierek.
Esta disputa política parece tener reflejo en las misteriosas informaciones acerca de la posibilidad de que el líder obrero Lech Walesa se haya mostrado dispuesto a negociar con las autoridades. Se dice que éstas aceptaron que Walesa estuviera asistido en las conversaciones por tres consejeros: los abogados Wieslaw Chrzanowski y Jan OIzewski y el sociólogo Romuald Kukulowiez.
Lo cierto es que al margen de la actuación activa del sector duro, las propias autoridades dependientes de Jaruzelski no parecen dispuestas a volver por ahora a la situación previa al golpe militar. Así, ayer fue nombrado gobernador civil de Gdansk (uno de los centros de la resistencia obrera) el general Mieczyslaw Cygan.
Pesimismo papalCygan sustituye al gobernador Jerzy Kolodziejski, íntimo colaborador del ex secretario comunista de Gdansk, Tadeusz Fiszbach, un hombre que siempre abogó por la reforma del sistema y la colaboración con Solidaridad. El nuevo nombramiento obedece a la tensa situación en la ciudad báltica tras los enfrentamientos del pasado sábado.
En Roma, la primera impresión tras la llegada de Glem es que el Papa está pesimista por la situación en Polonia, según informa Juan Arias. El primado llegó acompañado del cardenal de Cracovia, Franciszek Macharski, y del obispo de Wroclaw, Henryk Gulbinowicz.
En los ambientes vaticanos se comenta que la preocupación del Papa creció a raíz de los desórdenes de Gdansk y la falta total de diálogo con Jaruzelski. No obstan te, el Papa no está dispuesto a aceptar que se perpetúe el estado de sitio en Polonia.
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