Luis Roberto Campel,
joven valenciano, tenía un sistema muy particular de transporte. Casi todos los días, al terminar su trabajo, robaba un coche para regresar a casa. Terminó confesando su método a la policía municipal cuando los agentes le sorprendieron intentando abrir un automovil que no era suyo para trasladarse al pueblo de Mislata, donde residía. Los policías pidieron al joven, que cuenta veintitrés años, que se identificase cuando intentaba abrir un vehículo y comprobaron que ninguna de las llaves que portaba correspondían al seiscientos en el que nretendía trasladarse a casa.
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