Homosexualidad
Me encuentro con dos cartas publicadas en EL PAÍS los días 24 y 26 de diciembre, por los señores don Javier Ruiz y don Carlos Castaño, en las que se polemiza con la opinión que sobre la conducta homosexual tuve ocación de expre sar anteriormente (véase EL PAÍS, de 12 de diciembre). Una lectura atenta de ambas, aparte de alguna que otra expresión épatant, arroja el paradójico balance de que sus autores están de acuerdo en lo fundamental con lo que yo exponía: "De las hormonas sexuales depende en gran medida la organización cerebral que determina la conducta sexual del individuo". Por otra parte, el señor Castaño parece haber matizado su postura (tal como yo le sugería) cuando dice: "Yo no defiendo que el aprendizaje social sea el determi nante exclusivo de la conducta homosexual", ya que dicha opinión no era la que mantenía en su artículo anterior (véase EL PAÍS, de 29 de noviembre) cuando afirma ba que la conducta homosexual debía ser entendida como el "resultado fallido del proceso de aprendizaje social", postura que yo había, criticado precisamente por juzgarla reduccionista en extremo. Viene, por tanto, el señor Castaño a darme la razón en este punto, o así al menos lo parece, aunque recurra para ello al poco ortodoxo método de decir ahora Diego donde había dicho digo.No deja de sorprenderme, sin embargo, la coincidencia de am bas cartas en presentar mi postura como la típica del biólogo que es insensible, en opinión de los autores, a las variables psicosociales que intervienen en la conducta homosexual. Nada más alejado de mi pensamiento que tal pretensión. Mis objetores podían haberse ahorrado el trabajo de exagerar artificialmente la polémica si hubieran atendido a mi afirmación de que "las investigaciones científicas... pueden permitir entender el com portamiento homosexual como un hecho diferencial producido por la conjunción de factores biológicos, psicoculturales y sociales...". Además, de lo antedicho se des prende que, en mi opinión, el comportamiento homosexual no es un concepto unitario, sino que los diferentes factores que intervienen en su expresión lo hacen de forma compleja y variable según el caso particular que se considere.
En líneas generales, hoy día todo el mundo (científico) acepta que cualquier alteración que ocurra en el mensaje genético, en la posterior organización hipotalámica o en la fase de activación peripuberal puede determinar la distorsión o anulación del comportamiento heterosexual típico de cada sexo. Este hecho no tiene por qué traducirse linealmente en una conducta homosexual, pero obviamente la facilita al desaparecer la motivación hetero sexual. /
Biólogo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.