Desmentido el cese del presidente de Bolivia

La aparición de equipos pesados de artillería para reforzar la vigilancia del Palacio Quemado de La Paz, sede de la presidencia de Bolivia, y el incremento súbito de la guardia desataron en la noche del pasado viernes intensos rumores, desmentidos oficialmente más tarde, sobre la dimisión del presidente boliviano, general Celso Torrelio.

El portavoz gubernamental, Jaime Humerez, negó rotundamente la veracidad de los rumores sobre la dimisión del presidente y, aseguró que tales especulaciones tenían por objetivo "crear desconcierto y confusión entre los bolivianos".

Un comunicado del ministerio de Información desmintió igualmente el supuesto cese y subrayó que el general "cuenta con el apoyo de las Fuerzas Armadas y del pueblo, para seguir desempeñando sus funciones al frente del Gobierno".

Pese a los desmentidos oficiales, en medios políticos bolivianos causó sorpresa ese mismo día el inesperado viaje a la ciudad de Santa Cruz, sede de las principales guarniciones militares del país, del ministro del Interior, coronel Rómulo Mercado.

Las medidas de cautela se produjeron inmediatemente después de conocerse el fracaso de una misión económica boliviana en Europa, encabezada por el ministro de Finanzas, coronel Javier Alcoreza, que intentó en vano conseguir un préstamo de 1.000 millones de dólares, unos 980.000 millones de pesetas, de entidades bancarias europeas, para paliar la grave crisis por la que atraviesa el país.

Este fracaso en la obtención de los créditos, gestionada por el ministro Alcoreza en Ginebra la semana pasada, provocó una reunión extraordinaria del Estado Mayor del Ejército, que preside el general Celso Torrelio.

En consecuencia, los efectos de este fracaso económico sobre la situación política boliviana, permanentemente inestable, puede poner al Gobierno del presidente Celso Torrelio en graves dificultades dentro del ejército.