La OTAN, dispuesta a adoptar represalias contra los diplomáticos soviéticos en respuesta a la crisis polaca

La limitación de la libertad de movimientos de los diplomáticos soviéticos destinados en Occidente, la suspensión de determinados acuerdos culturales y la anulación de becas científicas para estudiantes de la URSS, podrían ser algunas de las medidas que adopten inmediatamente los países miembros de la Alianza Atlántica, en represalia por los acontecimientos polacos.

Según el acuerdo a que llegaron el pasado día 11 los ministros de Asuntos Exteriores de los quince, ayer se reunieron en Bruselas los representantes permanentes ante la OTAN, asesorados por expertos económicos llegados de Washington, Bonn y otras capitales. Los ministros decidieron en su día dos medidas de retorsión contra el régimen del general Jaruzelski -no concesión de nuevos crétitos y negativa a renegociar la deuda polaca con Occidente-, pero no pudieron ponerse de acuerdo sobre las sanciones que deberían imponerse a la Unión Soviética, pese a que la condenaron unánimemente como principal responsable de la ley marcial en Polonia. En aquella ocasión se dijo que los embajadores celebrarían diversas reuniones para estudiar las medidas de retorsión diplomática, política y económica que podía adoptar cada país, "de acuerdo con sus propias circunstancias". La reunión celebrada ayer es la primera de esta serie de sesiones de estudio. Otras dos están previstas para el próximo día 27, y para el 3 de febrero, es decir, antes de la reapertura de la Conferencia de Madrid (CSCE).El resultado de este primer debate no parece muy satisfactorio para Estados Unidos, deseoso de que los aliados adopten sanciones de más enjundia contra la URSS. Según fuentes oficiosas, los embajadores no discutieron ayer ninguno de los tres capítulos realmente importantes: agricultura, créditos y tecnología. Los europeos, en todo caso, parecen más dispuestos a plantear las sanciones fuera del marco de la OTAN. Por ejemplo, en el Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores de los diez, países de la Comunidad Económica Europea (CEE), previsto para el próximo día 27. Los ministros podrían tratar la anulación de créditos a Polonia que fueron concedidos antes del golpe militar, pero que aún no han sido entregados, o la posibilidad de plantear en el seno de la OCDE un aumento del 0,25% en la tasa de interés que se aplica a los créditos a la exportación soviética.

En el primero de los casos, se intentaría proseguir en una vía de cerco de la economía polaca, tan quebrantada que sin la ayuda occidental obligaría a la URSS a gastos difícilmente soportables por su propia economía. La segunda medida, directamente dirigida contra Moscú, intentaría debilitar las exportaciones soviéticas a Europa occidental.

En cualquier caso -continúa siendo una incógnita hasta dónde está dispuesta a llegar la República Federal de Alemania, muy reacia a cualquier tipo de sanción contra la URSS-, los embajadores de los quince reafirmaron su voluntad de seguir ejerciendo "una presión firme y progresiva" sobre Moscú y Varsovia, y constataron que no se ha producido ninguna mejora real en la situación polaca.

Los embajadores de los países miembros de la OTAN confirmaron que el próximo día 30, y con motivo del día de solidaridad con Polonia, sus respectivos primeros ministros harán sendas declaraciones públicas.