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Ankara sólo reconoce la muerte de 18 detenidos

Setenta y dos personas han muerto en las prisiones turcas tras el golpe militar del 12 de septiembre de 1980, aseguran fuentes bien informadas de Ankara. No obstante, según las estadísticas facilitadas por los responsables del estado de sitio que reina en el país, tan sólo dieciocho detenidos han perdido la vida en la cárcel, "por diversas razones".

Las autoridades militares, presionadas por organismos internacionales, especialmente por la delegación de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa que acaba de visitar Ankara, han reconocido la existencia de "errores lamentables". Pero rebaten la afirmación que hace Amnistía Internacional en su informe de 1981 en el sentido de que "la aplicación de la tortura es tan sistemática y está tan extendida que no cabe duda de que es una práctica oficial".

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Las autoridades turcas han admitido la apertura de 370 investigaciones en torno a otras tantas denuncias de torturas. De ellas, 110 han sido rechazadas por los tribunales militares y 43 han dado lugar a acciones judiciales, que siguen su curso. Veintiocho oficiales de la policía están siendo juzgados y otros 69 han sido dejados en libertad.

En más de dieciséis meses, tan sólo un policía, el oficial Mustafa Haskiris, ha sido reconocido culpable de torturar hasta la muerteal militante izquierdista Zeinel Abidin. Condenado a catorce, años de prisión, no puede ser encarcelado: se le concedió la libertad provisional antes de que se pronunciara la condena, y ha desaparecido.

Amnistía Internacional realizó una nueva gestión ante las autoridades turcas para que se aclaren las circunstancias de la muerte en Estambul de dos detenidos, Bahadir Dumali, y su cuñado Ataman Ince. Dumali falleció "en extrañas circunstancias" en la prisión militar de Alenfag el 2 de enero, e Ince había muerto el 25 de octubre en un hospital, víctima de una paliza policial, según su esposa, quien fue detenida posteriormente.

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