Don Juan Carlos resalta como "positivos y muy concretos" los pasos dados para integrarnos en la CEE y en la OTAN
El Rey recibió ayer en el Palacio Real al cuerpo diplomático acreditado en Madrid, con motivo del nuevo año. En la recepción, don Juan Carlos pronunció un discurso en el que afirmó que España está dispuesta a "tomar parte decidida en el tratamiento de los grandes temas internacionales" y contribuir a ellos "con aportaciones reales y eficaces". Dentro de este contexto, explicó que en ese sentido "se han dado pasos positivos y muy concretos para nuestra integración en las Comunidades Europeas y para la adhesión a la Alianza Atlántica, empeños ambos en los que este año de 1982 debe ser determinante".
Don Juan Carlos comenzó sus palabras expresando sus mejores deseos de paz y ventura para los diplomáticos, los jefes de Estado que representan y sus respectivos pueblos. "Estos deseos", agregó, "tienen una significación especial en un año que se presenta con sombríos problemas en múltiples áreas. Confío plenamente, lleno de esperanza, que en un vasto esfuerzo de humana solidaridad y de verdadera colaboración consigamos entre todos que las tensiones se reduzcan, que las dificultades se superen y que el entendimiento y el buen sentido prevalezcan finalmente en un mundo más justo, más libre y más feliz".Explicó después el sentido último de la trayectoria emprendida en los últimos años por nuestro país, "que, reencontrándose de nuevo consigo mismo, se propone ocupar el lugar que le corresponde en el mundo de hoy". Afirmó el Rey que "España, fiel a la realidad de su historia y de sus tradiciones, fiel a la vocación de su pueblo y a las exigencias de su geografía, con una voluntad manifiesta de participación y de convivencia en la paz, comienza a ser un agente activo de la idea de unidad en Europa, que constituye su entorno más inmediato y del que necesariamente se siente más próxima".
"España está dispuesta asimismo a tomar parte decidida en el tratamiento de los grandes temas internacionales. Esta decisión de actuar más allá de nuestro campo interno y de contribuir con aportaciones reales y eficaces al mejor planteamiento de los problemas comunes, en Europa y en el Mundo, lleva aparejada la necesidad por nuestra parte de una más clara definición".
"Por eso", explicó, "España está trabajando con tanta esperanza y dedicación en el Consejo de Europa, y avanza cada vez más en el gran ideal europeo. Y así ha aceptado no hace mucho la posibilidad de que sean presentados ante sus órganos recursos individuales respectó al cumplimiento del Convenio Europeo de Derechos Humanos y Libertades Fundamentales, de acuerdo con su artículo 25", y así también se han dado pasos positivos y concretos para nuestra integración en la CEE y la OTAN.
Dijo a continuación que España se ha encontrado a sí misma, en el sentido de que está "recuperando su antigua condición de universalidad, dimensión que le fue propia en los mejores momentos de su historia". Se refirió el Rey a la España de la colonización de América, que "era un factor que actuaba muy decisivamente en el tramado político de la época, y eso nos permitió llevar a cabo gigantescas empresas".
Enlazando con ello, el Rey se refirió a la "hondísima relación de familia que tenemos hoy con los pueblos iberoamericanos", que ya es "inseperable de nuestra voluntad de futuro", y aludió a "nuestro compromiso natural con los pueblos mediterráneos, con los pueblos árabes", y añadió: "Nuestra decisión de proyectarnos más definidamente en el mundo internacional no alterará en ningún caso los particulares lazos históricos y culturales que nos unen íntimamente con esas áreas vecinas, sino que serán reforzados con criterios de mayor solidez y nueva operatividad".
España, abierta a los pueblos
Don Juan Carlos precisó que este "diseño general de reencuentro y de acción internacional" está abierto a todos los pueblos del mundo, porque "España aspira, en efecto, a mantener y desarrollar con todas las naciones las mejores y más amistosas relaciones de cooperación".Finalmente, el Rey afirmó que este es un diseño "prioritariamente al servicio de la paz mundial, idea que propició y sirvió de motor a la Monarquía hispánica con la que enlaza la España actual". Don Juan Carlos cifró el contenido de esa paz en "la verdad, la libertad y la justicia".
La recepción había cornenzado, tras el saludo de los Reyes a los asistentes, con unas palabras del nuncio de la Santa Sede, Antonio Inocenti. El nuncio dijo que los problemas deben ser resueltos por la paz, "por otros procedimientos que la violencia", y expresó, en nombre de los diplomáticos, su admiración por el modo como España ha logrado salir adelante de los graves problemas ocurridos en el último año, en lo que destacó el papel del Rey.
Al acto asistieron el presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo, y los vicepresidentes García Díez y Martín Villa.
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