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Para Teherán, Estados Unidos sigue siendo el "gran Satán"

Plan Fahd: norteamericano. Muyahidin e Jalq y otros grupos opositores: norteamericanos. El presidente iraquí, Saddam Hussein norteamericano. Todo lo que combate Irán, tanto en el interior como en el exterior, es "made in USA", si se atiende a lo que asegu ran los altos dirigentes iraníes.Mientras que, un año después de la liberación de sus 52 rehenes Estados Unidos borra de su me moría lo que para este país no es otra cosa que "el Irán de los mullahs", la República Islámica, por el contrario, habla a diario de Es tados Unidos y cada día le atribuye todos los complós tramados contra Irán y otros países del área.

Para Irán, el gran Satán es responsable de todos los males, por ser Estados Unidos el "líder del imperialismo tnundial". Es él quien instiga a Yemen del Norte cuando expulsa al encargado de negocios iram.

Es Washington también quien mueve las cuerdas de la "marioneta Saddani Hussein". Es además EE UU quien, según las autoridades islámicas, busca sabotear la economía nacional. "No es del todo improbable que agentes de América se infiltren en nuestras fábricas", advirtió el presidente Alí Jamenei el pasado 8 de enero.

La oposición al régimen islámico, tanto de izquierda como de derecha, es calificada a menudo como una serie de "grupúsculos norteamericanos". Según Alí Akbliar Velayati, ministro iraní de Asuntos Exteriores, es Estados Unidos quien "ha creado diferentes grupos, tanto aparentemente izquierdistas como marxistas", así como "provocaciones en el Kurdistán".

Lista de "maldades"

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La lista de "maldades" atribuida a diario a Estados Unidos por Teherán, sin hablar de las del tiempo del sha, podría prolongarse todavía más. Pero destaca la insistencia de las, autoridades en identificar a todos sus enemigos -israelíes, árabes o iranies- con Estados Unidos.

Esta insistencia oficial se traduce de varias formas, la más conocida de las cuales es el eslogan "Muerte a América" que incansablemente rubrica toda maniféstacíón o todo acto público. La consigna "Dios es grande, Jomeini es nuestro guía, muerte a los que se oponen al Velayat e Faghi (¡manato)" se ve inexorablemente acompañada por Marg bar America (Muerte a América), con una frecuencia mucho más intensa que la consigna "Muerte a la URSS".

El pasado 6 de enero, la portada de una revista iraní publicada en lengua árabe, Al Shaheed (El Mártir), dedicada a los problemas regionales, representaba una enorme bota militar norteamericana cuya suela se aprestaba a aplastar todos los países del golfo Pérsico.

En una entrevista reciente, el ministro iraní de Asuntos Exteriores subrayó que Irán no restablecerá relaciones con su "enemigo jurado", que "no ha cesado ni un solo minuto de instigar complós" contra la República Islámica. Quizá esto se deba precisamente al deseo de exorcizar el miedo a un eventual y real compló del gran Satán, exorcismo que los dirigentes iraníes multiplican con el ardor de sus anatemas contra Washington. Con certeza, todo ello orientado a mantener las movilizaciones populares que marcaron los orígenes de la revolución.

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