Los nuevos mandos militares expresan su lealtad al Rey y su subordinación al Gobierno
Con expresiones de lealtad al Rey y subordinación al Gobierno, asumieron ayer el imando los nuevos integrantes de la Junta de Jefes de Estado Mayor (JUJEM), que previamente habían celebrado una reunión de trabajo con el ministro de Defensa, Alberto Oliart. Los actos de entrega del mando por los anteriores titulares de las jefaturas de Estado Mayor del Ejército, de la Armada y del Aire tuvieron lugar en los respectivos cuarteles generales a mediodía. Por la tarde, en la sede de la JUJEM, y con asistencia de todos sus componentes, tomó posesión su nuevo presidente, general Alvaro Lacalle Leloup.El almirante Arévalo, visiblemente emocionado, insistió en que se trataba de celebrar la toma del mando del nuevo jefe de Estado Mayor de la Armada, almirante Saturnino Suanzes, a cuyas órdenes se puso inmediatamente.
El almirante Arévalo se mostró seguro del triunfo de quien le relevaba en ese momento y afirmó que para él había sido un privilegio mandar una institución llena de gloria y de honrosas tradiciones.
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Tomaron posesión los nuevos jefes de los estados mayores de los Ejércitos
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Al responder, el nuevo ajema expresó su fe en el futuro de la Armada y su convicción de que iba a contar con el apoyo, la colaboración, el consejo y la lealtad de todos. En su intervención, precisó que la lealtad tiene que ser omnidireccional en su proyección y pluralista en su acepción: de abajo arriba, porque esta proyección genera confianza, y en consecuencia, eficacia; de igual a igual, porque incrementa el compañerismo y, en consecuencia, el trabajo en equipo; de arriba abajo, porque ésta es la base del prestigio, y sin prestigio es muy difícil mandar.
Se refirió a dos acontecimientos de trascendental importancia: la entrada de España en la OTAN, que además de suponer un reto dejará muy clara la condición marítima de la nación; y la presentación al Gobierno y posteriormente al Parlamento de la ley de Financiación de las Fuerzas Armadas, que permitirá hacer frente a la tercera fase de construcciones navales.
El almirante Suanzes terminó elogiando la lealtad, la prudencia, la caballerosidad, la generosidad, la humildad y el inmenso amor a la Armada, a España y a la Corona del almirante Arévalo, y expresando su gratitud al Consejo Superior de la Armada que le incluyó en la terna para el cargo, al Gobierno que le designó y a Su Majestad el Rey.
En el Cuartel General del Aire, el teniente general Emiliano Alfaro Arregui hizo entrega del mando al nuevo jefe de Estado Mayor, general Emilio García Conde, de quien hizo un cumplido elogio y al que ofreció todo su apoyo. Mencionó después los últimos logros alcanzados: la aprobación del decreto para aplicar la Ley de reserva activa, el envío a las Cortes del proyecto de ley de escalas especiales de oficiales y básica de suboficiales y la ley de financiación de la Fuerza Aérea, donde va vinculado el programa del Futuro Avión de Combate Aéreo (FACA).
El nuevo jefe de Estado Mayor del Aire se refirió a la decisión de su antecesor de proponerle, apoyado por el Consejo Superior del Aire, como sustituto, y dijo que esperaba que ese no fuera su primer y último error. El acto concluyó con la entrega de una placa grabada con la inscripción "A Lourdes y a Emiliano Alfaro Arregui. El Ejército del Aire".
El ceremonial del Cuartel General del Ejército se inició tras pasar revista a la compañía de honores en el patio de armas. En primer lugar, el teniente general Gabeiras, que entregaba el mando, recordó las recientes palabras del Rey cuando exhortaba a "honrar la Patria y la institución militar, guardar fidelidad a la Constitución, subordinación al Gobierno y lealtad a la Corona", y pedía llevar a la conciencia de todos "la necesidad suprema del cumplimiento de la ley, del respeto a la libertad y del culto a la verdad" y cultivar los valores morales de patriotismo y disciplina, como clave de la unidad y fortaleza de los ejércitos.
Intervención de Ascanio Togores
Ramón Ascanio y Togores, nuevo jefe del Estado Mayor del Ejército, expresó su gratitud al Rey, al Gobierno y especialmente a su presidente y al ministro de Defensa por la confianza que depositaban en él. Se refirió después a la modernización necesaria con vistas a la próxima integración en la OTAN.
Aludió el general Ascanio a la necesidad de optimizar el empleo de los recursos materiales y humanos. Luego citó al general Cano Hevia para recordar su advertencia de que el peligro mas grave es una forma velada de relajamiento de la disciplina que tienda a reducirla al acatamiento meramente formal. Se comprometió a hacer llegar hasta donde proceda la representación, si preciso fuera, de los agravios. Concluyó con los gritos de viva el Ejército, viva el Rey y viva España.
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