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Crítica:MÚSICA CLÁSICA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

De la España realista de Turina a la imaginaria de Mauricio Ravel

Celebra esta semana la Orquesta Nacional su concierto número 2.500 y para la ocasión ha juntado varios factores de interés: la dirección de Ros Marbá, siempre dando lecciones de bien hacer; la intervención de la pianista soviética Eliso Virsaladse; la iniciación del año Turina,en los cielos del Real con La procesión del Rocío y la versión de concierto -de todo punto excelente- de La hora española, ópera de Mauricio Ravel.Con el poema sobre la romería rociera se define, en 1913, el estilo sinfónico de su autor, su sevillanismo bien coloreado, su refinamiento poético. Joaquín Turina, nacido hace cien años y muerto en 1949, fue el creador de la actual Orquesta Nacional desde su puesto de comisario general de Música. Nada más oportuno, pues, que la aparición de su nombre y sus pentagramas en esta ocasión.

Obras de Turina, Beethoven y Ravel

Orquesta Nacional. Director: Antoni Ros Marbá. Pianista: Eliso Virsaladse. Soprano: Jane Berbiés; tenores, Christian Jean y Georges Gautier; barítono, Michel Philippe, y bajo, Roger Soyer. Teatro Real.

El arte de Eliso Virsaladse -insistentemente galardonada en competiciones internacionales- está hecho de encantamiento sonoro. Desde un cuidado sensible, casi sensitivo, de la materia, el primer concierto de Beethoven nos llegó como a través de un forte-piano transfigurado. Con maneras que coinciden con las del español Baciero, esta joven pianista recrea y se recrea en cuanto interpreta. La asistencia de Ros Marbá y la Orquesta Nacional de España (ONE), con sonido de buena orquesta de cámara, contribuyeron a un éxito conseguido desde la máxima exigencia artística.

En fin, La hora española, de Ravel (estrenada en 1911) que la Nacional ponía en sus atriles por vez primera y que en noviembre hemos visto representar en el teatro de la Zarzuela, dirigida por Pérez Sierra y José María Franco. La España del libretista Franc Nohain constituye una visión poética, desenfadada y sin excesos, que, de un lado, conecta con la ópera bufa; de otro, con el teatro musical español del XVIII, y según conocemos ahora, no habría quedado lejana de La comedianta que proyectaban García Lorca y Falla.

Las voces, fieles seguidoras del texto, apoyadas en ciertos rasgos españolistas -seguidilla, habanera-, se alzan sobre una orquesta plena de resonancias armónicas y, como escribió Falla, "de diáfana elasticidad plena de vibraciones". De esta música prodigiosa, Ros Marbá, el gran cuadro de cantantes -Barbié, Jean, Gautier, Phillippe y Soyer- y la Orquesta Nacional lograron una traducción también prodigiosa. No cabe entender mejor el complejo mundo raveliano oculto tras la simplicidad aparente. Triunfo grande para todos y confirmación del excepcional talento musical de Antoni Ros Marbá.

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