El clero aragonés reclama los territorios propios
Los sacerdotes aragoneses se reunieron ayer en una asamblea celebrada en Zaragoza con un único objetivo: adoptar una postura conjunta ante la situación creada por la dilata de la Santa Sede a incorporar las parroquias de la zona oriental de Huesca dependientes del obispado de Lérida a una diócesis aragonesa. La razón que se adujo para no llevar a cabo la reestructuracíón, que había aprobado por amplia mayoría la Conferencia Episcopal Española, fue que no estaban definidos con claridad los límites civiles.Era la primera vez que tenía lugar un acto de este tipo y su éxito fue espectacular. De los aproxima damente quinientos sacerdotes que ejercen su labor en Aragón, asistieron más de trescientos, venidos incluso de los lugares más alejados y de la propia zona en conflicto, y enviaron su adhesión otro centenar -en su mayoría sacerdo tes de avanzada edad que no podían desplazarse a Zaragoza-. Participaron, asimismo, los obispos de Teruel y Barbastro, y se recibió un acuerdo del consejo del presbiterio de Jaca.
Los asistentes, entre los que no se veían más allá de cinco o seis sotanas, comenzaron el acto con una oración altamente significativa, una carta de san Pablo a los corintios en la que figuran expresiones como «sin pasarse de la raya» o «sin pretender territorio alguno».
Como punto de partida se habló de la razón de la asamblea: hacer, con serenidad y firmeza, la defensa de una causa razonable asistidapor la verdad, que implica la afirmación de Aragón y de los intereses de Aragón, sin pretender ir contra nadie.
En el curso de la asamblea se presentó un informe de los factores históricos que han llevado a la situación actual, manteniendo que, civilmente, los límites territoriales de Aragón están definidos desde 1301 y no han sufrido variación alguna desde entonces.
El documento elaborado por la asamblea expone la plena identificación de los presentes con el malestar de¡ pueblo aragonés y, dice: «Encarecemos a la Santa Sede una pronta resolución del problema que dé satisfacción a los anhelos de Aragón y atienda convenientemente a los verdaderos intereses pastorales de la Iglesia».
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