Descienden las expectativas de voto de PSUC y centristas, mientras que se mantienen los socialistas y Convergencia
La tendencia de voto ha sido comparada con los resultados de Barcelona y provincia en las últimas elecciones celebradas al Parlamento catalán. Según los datos obtenidos se prevé un importante aumento de las posiciones abstencionistas, que serían las principales beneficiarias del desconocimiento que sobre los dirigentes políticos y sus respectivas funciones demuestran los encuestados.El cuadro comparativo de la tendencia de voto, referido a los resultados electorales del 21 de marzo de 1980 en la circunscripción de Barcelona, revela el mantenimiento, con un ligero aumento, de Convergencia y Unión, que pasaría a obtener el 28,3% de las votaciones (27% en 1980). El PSC-PSOE progresa cuatro puntos, situándose a escasa distancia de Convergencia, con un 27 % (23 % en 1980).
Esquerra Republicana sería, según las mismas fuentes, el tercer partido en orden de importancia, pasando a obtener un 15,2 % (8 % en 1980). Los resultados con respecto a este último partido no han tenido en cuenta el conflicto originado por la censura centrista a Heribert Barrera, dato que podría servir de elemento corrector.
El PSUC se sitúa en cuarto lugar, con siete puntos menos respecto a la votación anterior, al alcanzar un 13,9% (21 % en 1980). La pérdida de incidencia electoral de este partido puede atribuirse, sin duda, al conflicto interno que divide a los comunistas catalanes en torno al eurocomunismo desde su último congreso, celebrado en enero de 1981.
En último lugar de importancia electoral se sitúan los Centristas de Cataluña, con un 6,3% (8% en 1980), hallándose a siete puntos de distancia del PSUC, que le precede, a nueve de Esquerra Republicana y a diecinueve puntos de Convergencia y Unión. Cabe señalar que las consecuencias de la moción de censura centrista a Barrera incidirán posiblemente de forma negativa para la UCD catalatia.
Resulta significativo el porcentaje de un 47,4% que el sondeo distribuye entre los abstencionistas y los electores que no tienen decidido el signo de su votación. La abstención asciende ocho puntos comparativamente a las anteriores elecciones (39% en 1980). Las posturas indecisas y abstencionistas progresan en forma superior a todas las formaciones políticas.
En Cataluña progresa el abstencionismo ininterrumpidamente, habiéndose registrado un 33,2% en las elecciones legislativas de 1979 (siempre referido a la provincia de Barcelona), un 34% en las elecciones municipales y un 39% en las legislativas al Parlamento catalán en 1980. La tendencia abstencionista aumenta en Barcelona en el ámbito municipal y autónomo, comparativamente al ámbito estatal, aunque en el abstencionismo incide, sobre todo, el transcurso del tiempo desde las primeras votaciones de 1977.
Gran desconocimiento de los políticos
La imagen popular de los dirigentes y de los partidos políticos catalanes es materia de estudio en el sondeo, revelándose de la muestra un desconocimiento público considerable de los políticos.A la pregunta «¿Cuáles son, según su opinión, los políticos catalanes más conocidos en la actualidad?», sólo siete dirigentes políticos catalanes superan la barrera del 10% en cuanto al conocimiento que, sin ayuda recordatoria, demuestran los entrevistados.
Jordi Pujol es el político más recordado de manera espontánea, constándole su identidad al 87,2% de los entrevistados. Narcís Serra y Joan Reventós se sitúan a continuación, aunque a larga distancia, del presidente de la Generalidad (32,7% y 27,7%, respectivamente). Heribert Barrera, en cuarto lugar, es conocido por un 22,8 %, seguido de Antoni Gutiérrez Díaz (13,2 %). El último político recordado por más del 10% de los entrevistados es Antón Cañellas (11,9 %).
En cuanto al grado de conocimiento, cabe destacar que dos políticos centristas (José María Mesa Parra y Manuel de Sárraga) ocupan los dos últimos lugares de una lista de veinte dirigentes. Es también significativo que el alcalde socialista de Barcelona, Narcís Serra, tiene un mayor grado de conocimiento popular que el propio secretario general de su partido, Joan Reventós, Cabría preguntarse si este hecho obedece al cargo público de alcal.de de Barcelona o a una mejor proyección pública de Narcís Serra con respecto a Reventós.
Al preguntárseles «¿Quién cree usted que es el líder de los siguientes partidos?», los barceloneses identifican con facilidad el liderazgo de cada formación política. Los secretarios generales de los partidos son reconocidos como sus líderes formales. Sólo en el PSUC, el liderazgo se reparte entre su secretario general, Francesc Frutos (46%), Gregorio López Raimundo (30%) y Antoni Gutiérrez Díaz (22%). En los socialistas catalanes, 88 de cada cien entrevistados reconocen como líder del partido a Joan Reventós, y once, a Narcís Serra.
No resulta paralelo, en cambio, el reconocimiento del liderazgo formal de cada partido con el grado de capacidad que el sondeo atribuye a sus dirigentes. Los entrevistados reconocen con facilidad a los secretarios generales de los partidos, pero no se hallan siempre tan conformes con la capacidad personal de éstos. El poder político no resulta, según el sondeo, una consecuencia directa de la valía personal.
A la pregunta, «¿Cuál es el político más capaz de cada partido?», el sondeo acentúa esta diferenciación. Mientras Antón Cañellas es identificado por un 96% como lider formal de UCD en Cataluña, el 55% opina que, dentro de esta formación política, Eduardo Punset (recientemente sancionado por el partido) es el más capacitado. Narcís Serra y Joan Reventós se sitúan a la par en cuanto a capacidad den.tro de los socialistas catalanes. Jordi Solé Tura, en el PSUC, es considerado como el político más capacitado.
Confusión sobre la función política de los dirigentes
A la hora de identificar a los dirigentes con la función política que desarrollan, los entrevistados entran en un terreno de confusión. Preguntados por «¿Cuál es la función política que desempeñan los siguientes políticos?», sólo un 36% de los políticos obtienen la formación de su imagen por la función política desempeñada. Narcís Serra, como alcalde de Barcelona, y Eduardo Punset como ex ministro y diputado al Parlamento de Cataluña, son los dos únicos políticos que consiguen una clara identificación entre el personaje y la función desempeñada.Del estudio realizado se desprende la mayor identificación en la medida que la función pública tiene mayor proyeccion ciudadana y se desarrolla de manera singular. Este es el caso del alcalde de Barcelona, al que reconocen como tal un 99% de los encuestados. Es de destacar el confusionismo demostrado por el sondeo respecto a diferenciar las funciones de los diputados a los Parlamentos catalán y español.
En el sondeo se invitó a identificar a los rasgos de los dirigentes, atribuyendo símbolos contrapuestos como «capaz-inepto», «con prestigio-sin prestigio», con «garra-sin garra», «liberal-reaccionario». En estas diferenciaciones, Centristas de CataluñaUCD obtienen un perfil político de Antón Cañellas que puede definirse como «escasamente capaz, con poca garra y bastante reaccionario». El perfil político global del partido se sitúa en un grado altamente negativo, del que se exceptúa sólo Eduardo Punset. José María Mesa Parra y Manuel de Sárraga son considerados como «muy ineptos, sin prestigio, sin garra y muy reaccionarios».
Destaca, en la imagen de Convergencia i Unió, el perfil de Miguel Roca Junyebt, que se sitúa como «muy capaz, con mucho prestigio, algo liberal y con garra Jordi Pujol, es considerado, a partir de las mismas diferenciaciones semánticas, como «bastante capa prestigioso, con poca garra y poca Iiberal».
En cuanto a los socialistas, con una imagen aceptable globalmete, sobresalen las figuras pública de Narcís Serra y Ernest Lluch, situándose en cierta desventaja Joan Reventós, a quien los barceloneses describen como «bastante capaz liberal, con prestigio y sin garra».
Esquerra Republicana ofrece los entrevistados una imagen alumente confusa y heterogénea. Se consideran como únicos dirigentes medianamente «capaces» a Herbert Barrera y Josep Pi-Sunyer. En conjunto se califica al partido como «bastante reaccionario, viejo sin garra».
El perfil político del PSUC d buja a Francesc Frutos como «muy capaz, con prestigio, mucha garra muy liberal». Antoni Gutiérrez Jordi Solé Tura son considerados como «muy capaces, con mucho prestigio y bastante garra».
El sondeo halló la situación pesonal de los políticos en relación su acercamiento a símbolos antagónicos como «conservador-progresista» y «liberal-autoritario». Los entrevistados, a partir de estecalificativos, ven a Antón Cañella Jordi Pujol y Ramón Trías Farga como «conservadores -autoritarios». Son progresistas- liberales Antoni Gutiérrez Díaz, Ernest Lluch, Jordi Solé Tura, Gregori López Ralmundo, Raimon Obiol Eduardo Punset, Joan Reventó Narcis Serra y Miguel Roca. Herbert Barrera es considerado comun «liberal-conservador» y Francesc Frutos como un «progresistas autoritario».
Sólo a dos dirigentes, no pertenecientes a formaciones de izquierda, se les atribuyen los calificativos de «liberal y progresista», Miguel Roca y Eduardo Punset. Ambos se encuentran en posesión de una imagen acorde con la tendencia de voto «ligeramente liberal» en lo económico y «ligeramente progresista» en lo político en lo ideológico. La pertenencia de Punset al partido centrista, cuya imagen se halla muy deteriorada, según los mismos datos, puede perjudicar, en cambio, sus positlidades políticas personales.
Se ratifica, en este caso, la difrente opinión popular, muchas veces opuesta, sobre dirigentes políticos de un mismo partido. La situación en cuanto a imagen de Antón Cañellas se halla exactamente en sentido antagónico Eduardo Punset, calificándose Cañellas como « muy conservador y «muy autoritario», mientras que Punset aparece como «bastante liberal» y «bastante progresista».
Esta opuesta imagen se produce también en Convergencia, doncel bloque formado por Pujol Trías, se opone al de Roca y Culle considerándose a estos últimos como «medianamente liberales progresistas» (algo más a la izquierda Cullell que Roca). Los barceloneses han percibido con claridad, también en este caso, las diferentes posiciones ideológias existentes dentro del partido del gobierno catalán.
Antón Cañellas sería el político quien menos entrevistados votarían, con independencia de la ideología personal, seguido de Jordi Pujol. Los resultados del sondo revelan que veintiuna de cada cien personas no votarían a Convergencia, el 19,8 % no votaría a UCD el 13,7% no votaría al PSUC y 8,6% no votaría a Esquerra Republicana. El PSC-PSOE resulta partido con menos antipatías, situándose en un 8,2% las personas que no votarían su opción política.
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