El Papa encarga a la jerarquía católica polaca que negocie una "solución pacífica"

Concluyó ayer tarde la misión relámpago de monseñor Bronislaw Dabrowski, secretario de la Conferencia Episcopal polaca, llegado a Roma el lunes por la noche para entrevistarse con el papa Wojtyla.

Se da por seguro que monseñor Dabrowski se fue del Vaticano con directrices muy concretas del Papa, basadas en estas dos palabras: "solución pacífica", y por tanto, aceptación de un compromiso con el general Wojciech Jaruzelski. Las condiciones: vuelta a un Gobierno civil lo más pronto posible, con reconocimiento del papel de mediación y de cohesión nacional de la Iglesia y rechazo de injerencias extranjeras, respetando la "identidad nacional".Al parecer, el problema ahora más delicado es Lech Walesa. ¿Estará dispuesto a este compromiso? y, sobre todo, ¿lo estarán los grupos más duros de la resistencia?

A lo largo de los dos días que permaneció en el Vaticano, Dabrowski estuvo reunido con el Papa durante largas horas, así como con los personajes de la alta diplomacia vaticana.

Sin embargo, ha sido gracias a Dabrowski que fuentes vaticanas polacas han podido dar la grata noticia de que el famoso intelectual y periodista polaco, Tadeusz Mazowiecki, uno de los principales consejeros de Solidaridad "está vivo", y que, por tanto, "era falsa la noticia de su muerte".

Las mismas fuentes han desmentido, tras la llegada de Dabrowski a Roma, que haya habido en Polonia doscientos muertos.

Hablando durante la audiencia de ayer a un grupo de polacos, el Papa les dijo que, en estas Navidades, Polonia debe ser "una sola familia", para que "venza la justicia y el amor y retrocedan las fuerzas negativas". Y como un mensaje indirecto a la URSS, afirmo: "Todas las naciones y las sociedades están hoy al lado de los polacos".