Inquietud en Occidente por el agravamiento de la situación en Polonia
La Situación polaca se agrava por momentos. Este es el criterio más extendido en algunas cancillerías occidentales. Un portavoz del Departamento de Estado norteamericano aseguró ayer en Washington que la resistencia contra el régimen militar de Varsovia se expande poco a poco. Lord Carrington, ministro de Asuntos Exteriores británico, afirmó ayer en Londres que la situación polaca ha empeorado en las últimas horas, mientras Kurt Waldheim, en su discurso de despedida de la secretaría general de las Naciones Unidas, aseguró que la cuestión polaca constituye una de las peores crisis de los últimos tiempos.
La agencia de noticias soviética Tass difundió ayer noticias alarmantes de Polonia. En la ciudad de Katowice, según la agencia soviética, cerca de 8.000 trabajadores encerrados en un complejo metalúrgico amenazan con dinamitar un alto horno si las autoridades militares intentan desalojar el recinto. Entre los miles de detenidos en Polonia puede hallarse el director de cine Andreiz Wajda.Lech Walesa, según confirmaron ayer las autoridades, recibió ayer en Varsovia a su esposa y sus hijos. En días anteriores, el líder sindical se entrevistó con algunos miembros del Gabinete polaco y conversó con negociadores eclesiásticos.
Fuentes de la Iglesia polaca aseguran que el número real de muertos desde el comienzo del estado de sitio alcanza la cifra de doscientos, frente a la cifra de siete muertos que reconoce el Gobierno militar de Varsovia. Juan Pablo II envió desde Roma a Varsovia al arzobispo Luigi Poggi para negociar. Tres enviados del primado de Polonia, Jozef Glemp, llegaron ayer a Roma con mensajes del arzobispo polaco para el Papa.
Oficialmente, el número de personas internadas en Polonia a raíz de la proclamación de la ley marcial es de tinas 5.000, según afirmó ayer el portavoz del Gobierno polaco, Jerzy Urban. Hasta el presente, la cifra más elevada reconocida por las autoridades polacas era de 4.000. Informaciones de diversas fuentes no oficiales elevan ese número a 45.000.
Un consejero del general Wojciech Jaruzelski, el general Gronicki, anunció ayer las condiclones que inipone el Consejo Militar polaco para abolir la ley marcial: «El cese de los incidentes en las fábricas, la recuperación de la economía nacional y la eliminación de todos los peligros contra el socialismo que ponen en práctica los contrarrevoluéionarios».
Un enviado especial del presidente Ronald Reagan, Lawrence Eagelburguer, recorre distintas cancillerías europeas para conseguir una eventual respuesta común de Europa y Norteamérica.
Romuald Spasowski, hasta el domingo embajador polaco en Estados Unidos, obtuvo de las autoridades norteamericanas asilo político en Norteamérica, y denunció «brutales violaciones de los derechos humanos» en su país.
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Editorial en página 10
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