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Despedidas cuatro trabajadoras que presentaron denuncia contra la clínica Virgen de la Fuensanta

Cuatro de las siete trabajadoras de la clínica privada Virgen de la Fuensanta, que hace aproximadamente tres semanas presentaron una denuncia contra la dirección de la misma por la supuesta deficiente asistencia que se presta a los pacientes, han sido despedidas y otras dos prefirieron darse de baja ellas mismas. La Federación de Sanidad de la UGT calificó los despidos como una represalia contra unas trabajadoras que con su acción pretenden velar por la salud pública. Un portavoz de la dirección del centro, al contrario, considera los mismos plenamente justificados, desde el momento en que se vulnera el principio de lealtad a la empresa, recogido en el Estatuto de los Trabajadores.

María Luisa Gonzalo, Angela Ruiz, Mercedes Valdés y Emilia Gómez han sido despedidas por la dirección de la clínica, situada en la calle de Claudio Coello, 31, en los días siguientes a la aparición en diversos medios informativo del contenido de la denuncia. Dos más de las siete denunciantes, María España y Paloma Sánchez prefirieron presentar ellas mismas su renuncia al puesto de trabajo En el transcurso de una conferencia de Prensa celebrada ayer en la sede provincial de UGT algunas de las despedidas se reafirmaron en el contenido de la denuncia y añadieron otros datos personales, como en el caso de Angela Ruiz, que, siendo sólo auxiliar, cumplía servicio de ATS en el quirófano y en la UVI de la clínica.Según las declaraciones de las afectadas, uno de los médicos del equipo de inspectores que visitaron el hospital pocos días después de presentada la denuncia es Manuel Merina, hijo del dueño del mismo, Antonio Merina. Sin embargo, Tomás Merina, hermano e hijo de los anteriores, actual director de la clínica, afirmó ayer que su hermano es médico epidemiológico y negó rotundamente que ejerciera funciones de inspección. En la tarde de ayer no fue posible localizar a altos cargos del Ministerio de Trabajo, Sanidad y Seguridad Social para confirmar una de las dos versiones.

Pedro Savando, secretario provincial de la Federación de Sanidad de Madrid de UGT, destacó el hecho de que las cuatro despedidas son, efectivamente, las que en su día presentaron la denuncia, dato este que teóricamente la dirección de la clínica no tenía por qué conocer.

Pedro Savando informó en la conferencia de Prensa de los Contactos mantenidos por él con el delegado territorial de Sanidad, Juan Reig, y con el delegado provincial del Instituto Nacional de la Salud (Insalud), Eduardo Sanz, en la busca de una solución negociadora que asegure la correcta asistencia sanitaria a los enfermos en la clínica y salvaguarde los derechos de sus trabajadores. El secretario provincial de la Federación ha solicitado la gestión de los anteriores para propiciar una entrevista con la dirección de la clínica, que aún no se ha convocado.

Tanto Juan Reig como Eduardo Sanz, en palabras de Pedro Savando, mostraron su preocupación por la veracidad o no de la denuncia prestntada. Eduardo Sanz le informó de la existencia de la inspección, y aseguró que tomaría las medidas pertinentes que pudieran derivarse del resultado de la misma.

"Calumnias sin fundamento"

Mientras tanto, la dirección del hospital está pasando a la firma del personal un escrito en el que se califican de calumniosas y sin fundamento las supuestas irregularidades y deficiencias señaladas en la denuncia, tanto en lo que se refiere a la presunta mala calidad asistencial a los enfermos como a las condiciones de trabajo del personal sanitario. La carta ha sido firmada por 97 trabajadores y se enviará próximamente a la Delegación Territorial de Sanidad. El director del hospital, Tomás Merina, declaró ayer que se había desatado una campaña difamatoria contra la empresa y que los despidos estaban plenamente justificados, y se remitió al Estatuto de los Trabajadores, donde, según sus palabras, se contempla dicha posibilidad, basada en la figura de deslealtad a la empresa.

Pedro Savando añadió que en estos momentos el sector de clínicas privadas se encuentra en una situación delicada, por la negociación del convenio provincial, que ha comenzado con dos meses de retraso por la, en su opinión, actitud dura de los representantes de la patronal. El secretario provincial de la Federación de Sanidad ugetista afirmó que este sector es uno de los más atrasados en cuanto a la aplicación de las normas democrátícas a los trabajadores,y menciorió que en casi un 50% de las aproximadamente sesenta clínicas privadas existentes en Madrid no se han celebrado elecciones sindicales, por temor a las represalias, al margen que este ambiente de miedo posibilita irregularidades, como el impago de horas extras, etcétera.

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