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Trescientas familias están en peligro por una fuga de combustible en una gasolinera de Vallecas

Unas trescientas familias podrían verse afectadas, de un modo o de otro, por una filtración de gasolina desde la estación de servicio Mala, en la calle de Monte Igueldo. Según el presidente de la comisión de perjudicados, esta filtración, detectada hace unos ocho meses, habría contaminado el subsuelo de todas las viviendas construidas en cien metros a la redonda, y una parte del líquido se ha depositado en veinticinco pozos cuyas aguas eran destinadas a uso doméstico. Uno de ellos, el de la familia Ibáñez, en la calle de Francisco Laguna, 12, ha dejado de dar agua y da un líquido verdoso y combustible con todas las apariencias de gasolina super.

La gasolinera había sido puesta en servicio hace unos diez años. José Francisco Padilla, presidente de la comisión de perjudicados, explica que los problemas comenzaron en febrero. "La verdad es que en las viviendas próximas siempre se había notado un fuerte olor a gasolina, pero la gente lo había atribuido a la proximidad de la estación. En marzo se confirmó que los tanques de la gasolinera habían sufrido un escape, y los dueños del establecimiento acometieron unas obras de recambio. Sin embargo, una cantidad incalculable de gasolina se había difundido ya por el subsuelo. Calculamos que ha contaminado la tierra en un radio de cien metros. Ello supone que unas trescientas familias padezcan el problema de manera directa".A la molestia de los olores, cada vez más fuertes, se sumó en seguida la evidencia de la contaminación del agua de los pozos. "Esta ha sido una zona de la capital especialmente afectada por la sequía. En 1981, más que en ningún otro año, los vecinos se han visto obligados a recurrir a sus pozos para resolver las necesidades domésticas. Pues bien, cuando pretendieron utilizarlos comprobaron que lo que debía ser agua era en realidad un liquido con aspecto y el olor de la gasolina". En la encrucijada de las calles Monte Igueldo y Laguna hay una mayoría de casitas bajas, cuyos patios interiores, compartidos por varias familias, tienen jardineras o pequeños jardines. Inicialmente, el agua se destinaría a riego, pero si las condiciones se hacían más duras, también sería utilizada dentro de las casas. Llegado el momento, y puesto que el líquido que se extraía de los pozos tenía todas las características de la gasolina, hicieron la prueba de acercar una cerilla encendida a una pequeña porción: en muchos casos, el líquido ardía inmediatamente y despedía el humo negro de los derivados del petróleo.

Por temor a algún grave accidente, los vecinos decidieron formalizar sus denuncias ante las instituciones municipales. Durante el mes de abril, el contenido de los pozos fue tratado varias veces con detergentes. "Sabemos que la gasolinera pertenece a una sociedad de la que forman parte", dice el señor Padilla, "el ingeniero de Obras y Servicios del Ayuntamiento José María Paz Casañé. Una vez que se comprobó la existencia de este líquido en el subsuelo, algunos pozos fueron cerrados. De otros, como el de la familia lbáñez, fueron extraídos varios mi les, de litros: en concreto, carga ron cinco camiones cisterna. A pesar de todo, los olores siguen siendo insoportables, mareantes y la gasolina sigue estando ahí, porque el pozo se ha rellenado después de aquello, y el líquido arde exactamente igual que ardía antes".

Hay, en opinión del señor Padilla, algunos aspectos del problema que son igualmente inquietantes. "En las obras de la, gasolinera, los nuevos tanques, que son metálicos, han sido instalados sobre un lecho de agua. Eso quiere decir que estarán sometidos a una fuerte corrosión, y que el caso puede repetirse en el futuro. Nosotros hemos hecho infinidad de gestiones.

"En el Ayuntamiento, Javier Angelina, segundo teniente de alcalde y concejal de Obras, tampoco nos ha dado soluciones. Cuando le hemos dicho que si va a ser necesario que haya alguna catástrofe para que se ponga remedio al problema, nos ha contestado que estaría solucionado en dos semanas si hubiese ocurrido alguna desgracia

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