Ministra mundialista
El Mundial-82 podría tener presidencia femenina en su inauguración. Si para junio del próximo año no hay una nueva remodelación del Gobierno, una mujer, Soledad Becerril, se convertirá en una figura histórica. Por vez primera, un país organizador tendrá como responsable del deporte a una ministra.El Mundial-82 lo puso en funcionamiento Pío Cabanillas. A Clavero Arévalo le correspondió la dura tarea de convencer al PSOE de que Raimundo Saporta era el hombre idóneo para presidir la organización. Ricardo de la Cierva fue una etapa encalmada para Saporta porque son amigos, residentes en Madrid y cenocentristas de Mayte. Iñigo Cavero no tuvo problemas con Saporta, porque fue el único dirigente que no se los creó. Saporta tiene que explicarle ahora a la ministra qué es el Mundial. Es la quinta vez que tiene que explicar sus proyectos, muchos de ellos consumados, y plantear las resoluciones finales.
La UCD dedicó a Carmela García Moreno al tema futbolístico. Carmela fue la primera diputada que asistió a una asamblea dirigída por Porta. Adolfo Suárez destinó a Rosa Posada al Comité Organizador en representación de la Presidencia del Gobierno. Su permanencia en el puesto fue efimera. Las mujeres no resisten mucho tiempo entre los dialécticos de la cepa del poste. Soledad Becerril no ha confesado especiales predilecciones por el fútbol. Pero eso no debe preocuparle, porque quienes llevan las riendas del Mundial son gentes del baloncesto.
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