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Caspar Weinberger tratará con el rey de Marruecos temas de cooperacion militar

El rey Hassan II de Marruecos recibirá está tarde, en Fez, al secretario de Estado norteamericano de Defensa, Caspar Weinberger, que efectúa una breve pero importante visita de tan sólo seis horas. En ella deberá someter al soberano marroquí las propuestas definitivas formuladas por Ronald Reagan en materia de cooperación militar.

Weinberger ha sido precedido por el subdirector de la CIA, Robert Inman, recibido también por el rey Hassan Il el lunes pasado. Le seguirá, el próximo día 17, el secretario de Estado norteamericano, Alexander Haig, que viene a informarse directamente sobre la pasdada cumbre árabe de Fez, y a coordinar diversos aspectos de política internacional con Marruecos.Una importante delegación marroquí viajará también a Washington a fines de diciembre para preparar el viaje del soberano alauí a la capital norteamericana. El rey Hassan Il piensa viajar a Estados Unidos, con toda probabilidad, para fines de enero.

La brevedad de la estancia de Weinberger se explica en parte porque el tema militar quedó prácticamente resuelto en los dos viajes efectuados a Fez por su adjunto para Seguridad Internacional, James C. West.

En realidad, más que de un proyecto marroquí, se trata de una propuesta norteamericana. La esencia de la misma consiste en modificar por completo la actual estrategia marroquí en la guerra del Sahara. La "defensa estática" que practica Marruecos frente al Polisario, cuyo mayor exponente es el muro de arena que protege el triángulo útil, deja escépticos a los expertos militares norteamericanos. Estos opinan, de acuerdo con experiencias propias en lucha antiguerrillera, que la salud moral del Ejército marroquí y la eficacia en el campo de batalla requieren salir a la búsqueda del enemigo.

Estados Unidos ha propuesto una asistencia militar al Ejército del Aire marroquí, fundamentalmente técnica, que le permita contrarrestar el nuevo material (Sam-6 o Sam-9 modificado) de que parece disponer recientemente el Polisario, y, sobre todo, entrenamiento para fuerzas de Tierra que ponga a éstas en condiciones de enfrentarse y buscar con éxito al Polisario fuera del muro.

Es este punto del programa de ayuda el que sin duda requerirá una nutrida presencia de asesores militares norteamericanos en Marruecos. Esta cooperación es tanto mejor recibida por cuanto en Rabat comienza a ponerse en tela de juicio la propia permanencia de los 265 asesores militares franceses que aún permanecen en el país.

Aunque el Gobierno Mitterrand ratificó el martes pasado que los asesores militares franceses continuarán en el reino, la próxima apertura de un oficina del Polisario en París, las constantes presiones que de parte de Argelia sufrirá en adelante Francia para poner término a esta cooperación y las evidentes inclinaciones del Gobierno socialista francés llevan a los marroquíes a dudar de la eficacia futura de esta misión militar francesa en Marruecos.

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