El nuevo Gobierno y la Iglesia

(...) La elevación -o el descenso- de Iñigo Cavero a la Secretaría General de UCD y la elección de Lamo de Espinosa como portavoz del grupo parlamentario centrista son trámites de obligado cumplimiento antes de que, promediadála semana, se anuncie la remodelación ministerial. Se ignora aún la amplitud de la remodalación, pero se sabe, al menos, que en el reajuste de carteras expondrá Calvo Sotelo a Martín Villa como la gran respuesta política a la situación. Si a esto añadimos el ascenso de García Díez a las más altas responsabilidades económicas, obtendremos el sentido del próximo Gobierno. Será un Gobierno para el tránsito hacia unas elecciones generales sobre las que existen dos dudas. La duda de si deben convocarse antes o después de los Campeonatos Mundiales de fútbol y la duda de si deben convocarse antes o después del consejo de guerra al 23-F. ( ... )( ... ) Y si ayer se reunió el consejo político de UCD, la semana pasada se reunió la Conferencia Episcopal española, de la que emanó un documento sobre el paro que enfrenta claramente a la Iglesia católica con la patronal de la CEOE. El socialmente inquieto obispo de Córdoba, monseñor González Moralejo, logró la adhesión de sus compañeros a una doctrina pastoral que propugna la "revisión a fondo del orden económico, la planificación global para una coordinación justa y racional que... se corresponda con una mejor distribución de la renta". Los empresarios interpretan el documento como un ejercicio doctrinal sin hilo directo con los centros decisorios, mientras en medios políticos se subraya el desconcierto que produce en la Iglesia católica la figura de un papa transversal, polaco y defensor de un socialismo integrista. El socialismo integrista es lo más contrario al Gobierno de UCD, caracterizado por ser conservador y escéptico. Surge así el asombro del Gobierno Calvo Sotelo ante unas conclusiones episcopales menos previsibles que en otros tiempos no lejanos.

, 1 de diciembre