El hockey sobre patines desplaza al fútbol en La Coruña
Un deporte minoritario, el hockey sobre patines está logrando en La Coruña desbancar muchos domingos al de masas por excelencia: el fútbol. El Liceo ya tiene casi tantos socios como el Deportivo. El último domingo logró en el Palacio de los Deportes triplicar la recaudación de Riazor. La profesionalización del hockey sobre patines en La Coruña ha logrado sacar este deporte de la región catalana. Los argentinos del Liceo, Agüero y Martinazzo, perciben una cantidad que ronda los dos millones de pesetas, más el piso. A golpe de talonario, el Liceo se ha logrado convertir en el equipo revelación.
El fenómeno de que el hockey sobre patines haya alcanzado muchos domingos el primer puesto de los espectáculos deportivos en La Coruña tiene una razón sociológica. Según Luis Valiño directivo del Liceo, el gallego es un hombre que acepta el espectáculo y que precisa de un equipo líder: "El deporte en el que se destaque es lo mismo; hace años fue el baloncesto, con el Medina femenino, y ahora lo es el hockey, con el Liceo. Hay que señalar la coincidencia de que el Deportivo no está en sus mejores momentos, y de ahí que el público derive sus preferencias deportivas hacia otros movimientos no tan de masas, pero en los que se debate entre los mejores".El Liceo tiene 3.600 socios que son abonados por 3.000 pesetas anuales. Contra el Barcelona se recaudaron el último domingo más de tres millones de pesetas, aparte los derechos de publicidad por la transmisión de televisión. En el Palacio de los Deportes entraron 7.000 personas, y las localidades -800 pesetas y la mitad para los socios- se agotaron cuatro días antes del partido; ya ese mismo día se cotizaban al doble en la reventa. El Deportivo, que tiene cuatrocientos socios más, recibió ese mismo día al Burgos en Riazor, y los 10.000 espectadores -cifra que se hubiera rebasado ampliamente en el Palacio si su aforo fuera mayor- dejaron en taquilla un millón de pesetas.
El antiguo María Pita
El nacimiento del Liceo fue hace diez años. Para que surgiera tuvo que desaparecer el María Pita, equipo que quedó desmantelado por "capricho federativo", según los actuales dirigentes del Liceo, a base de sanciones.Era el Liceo entonces un equipo sin aspiraciones. Las recaudaciones nunca superaban las 20.000 pesetas. Se consiguió el ascenso a la Primera División, categoría que le venía grande hasta que, en 1976, se cambió la política del club. Fue a raíz de una gira por Suramérica, con más motivos turísticos que deportivos. En Argentina, Carlos Gil, 123 veces internacional, se puso en contacto con el Liceo y mostró sus deseos de jugar al hockey en otro país. La incorporación de este jugador permitió que el Liceo dejara de ser comparsa. Los objetivos se fueron ampliando.
Al año siguiente, Fernández Tapies llegó a la presidencia del club y comenzaron los contactos con las firmas comerciales. En la temporada siguiente se logró el ascenso a la División de Honor; se fichó a Areces a canbio de trabajo en en el Liceo, y a los portugueses Gómez D'Acosta, por 60.000 pesetas mensuales.
La temporada resultó aceptable, con taquillas medias de100.000 pesetas, y un sexto puesto.
En la siguiente, los hermanos D'Acosta fueron sustituidos por Cristiano, uno de los mejores jugadores del mundo.
La campaña fue extraordinaria. Se llegó a pensar en el título y, al final, el Liceo quedó en tercera posición. La eliminación en la Copa por el Sentmenat a las primeras de cambio motivó otro planteamiento más serio en la política del club, que creó la secretaría técnica. Desde ella, Javier Chaver sustituyó a Torner y Cristiano, que volvieron a sus clubes de origen, por los argentinos Martinazzo y Agüero, auténticos fenómenos en la selección que se proclamó campeona mundial.
Equipo profesionalizado
El presupuesto del Liceo ha superado ya los veinticinco millones de pesetas. El respaldo de las taquillas y una entidad bancaria permiten que se llegue a esta cifra sin problemas. Hoy por hoy es un equipo profesionalizado, tanto o más incluso que el Barcelona, equipo que puede viajar a La Coruña dos días antes para ambientarse. Pero en este deporte aún están permitidos los contrastes.La política del Liceo es la de mantener el equipo. Tiene una plantilla joven y cotizada, y aunque los jugadores gallegos que tiene son los que ocupan habitualmente el banquillo, piensa en la cantera. Todos los días los jugadores del primer equipo imparten clases gratuitas a los niños. De esta manera el Liceo controla unos cuatrocientos aspirantes a figuras. La meta es fomentar el hockey en Galicia, con el Liceo como piedra central, "aunque tengamos al presidente de la Federación Española en contra -dice la directiva-, aunque es de La Coruña, él sólo quiere oír hablar del Dominicos, donde juegan sus hijos. En una ocasión, cuando jugábamos en la cancha del Liceo, nos la clausuraron porque su hijo resbaló y se golpeó en la mandíbula".
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