Rechazada en Nueva York una propuesta sobre derechos de los homosexuales
Después de dos días de debates tensos y tumultuosos, el Ayuntamiento de Nueva York ha decidido rechazar una propuesta en defensa de los derechos civiles de los homosexuales. La propuesta, apoyada por el alcalde, Ed Koch, fue derrotada por seis votos contra tres, provocando una fuerte protesta de los grupos de gays que llenaban el salón de actos del Ayuntamiento.Estos grupos protagonizaron una sentada en el hall de la casa municipal, mientras cantaban We shall overcome (Nosotros venceremos), y fueron desalojados por la policía, que procedió a la detención de veintidós manifestantes.
Esta derrota de la llamada «ley de los derechos de los homosexuales» es la décima que se produce en los últimos siete años, desde que en 1974 fuera presentada la primera propuesta para evitar discriminaciones por razones de conducta sexual. En esta ocasión, el recién reelegido alcalde Koch, quien se presentó a la reelección apoyado por demócratas y republicanos y que goza de una amplia popularidad en esta ciudad, apoyó desde un principio la propuesta, pero no consiguió los respaldos suficientes.
Durante dos días, defensores y detractores del proyecto mantuvieron tensos debates en torno a la necesidad de una ley que impida, entre otras cosas, que un casero se niegue a alquilar un piso a una pareja de gays, que alguien sea despedido de su trabajo por su conducta sexual o que se prohíba la entrada en determinados establecimientos a los homosexuales. El alcalde Koch intervino para señalar que no debía existir discriminación alguna por razones sexuales y manifestó que había homosexuales entre sus concejales y personal del Ayuntamiento.
La ciudad de Nueva York, junto a San Francisco, es uno de los centros donde el movimiento gay tiene más fuerza y ha conseguido un cierto reconocimiento y libertad de acción, de modo que pueden tener locales abiertos al público, publicaciones propias y permisos para manifestarse en las calles. Con esta ley, de nuevo derrotada, se pretendía evitar discriminaciones en el trabajo, la vivienda y facilidades públicas.
Muchos de los que apoyan la ley, consideraron su postura en los debates del Ayuntamiento como una continuación del movimiento de apoyo a los derechos civiles iniciado en 1960.
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