Sobre supuesta estafa a la Seguridad Social

Por aquello de que "al rey la hacienda y la vida has de dar...", no tengo más remedio que dirigirle estas líneas en defensa de mi honor y de mi fama, perjudicadas seriamente por el diario de su digna dirección, cuando el 25 del pasado mes de octubre publicó la noticia de mi detención, dando por cierto haber cometido una estafa a la Seguridad Social de veinte millones de pesetas (!).Para configurar el delito de estafa se precisa que concurran determinados requisitos, y en primerísimo lugar, el de lucro. Como se demostrará cumplidamente ante el juez, las irregularidades contables que pudieran haberse producido en la facturación girada a la Seguridad Social, jamás negadas por mí, nunca podrán tener carácter de estafa por faltar ese elemento sustancial que es el lucro.

Sé que son ustedes un periódico serio, que se ha limitado a copiar un informe judicial, basado en una malintencionada denuncia de un administrador infiel, con toda la carga acusatoria que ello implica; pero el hecho es que mi fama y reputacIón han quedado seriamente dañadas y estimo deben ser reparadas.

Pongo a su disposición, y a la de todo el mundo, los libros y extractos de cuentas de la Caja de Ahorros, sucursal 18, donde se dice que fue a parar el producto de las cantidades supuestamente estafadas, para que se pueda llegar a un convencimiento de que yo no me he lucrado en un solo céntimo de los fondos de la Seguridad Social; al contrario, y también lo demostraré ante el juez, he tenido que aportar de mi peculio particular en varias ocasiones fondos para atender los gastos de esta clínica.

El convenio con la Seguridad Social que regía desde 1978 era muy duro, y establecía, como precio de la estancia por día, 2.840 pesetas, siendo así que el que regía en el mercado oscilaba alrededor de 6.000. De ahí surgía la neceslidad de, o bien rescindir el contrato, que obligaría a cerrar la clínica, con un gravísimo problema laboral, o tratar de intentar cualquier clase de artimaña compensatoria.

Entre otros muchos casos que podrían citarse igual al mío, está el del Hospital Povincial de Huelva, recogido en el periódico Ya del 30 de noviembre; la Diputación Provincial se negó a atender a ningún paciente de la Seguridad Social al percibir 3.000 pesetas por cama y día, cuando, según los estudios realizados por los técnicos, el coste era de 5.500 pesetas. Ante esta evidencia, la Seguridad Social consideró justa la cantidad exigida.

Tengo la obligación de consignar aquí que la Seguridad Social debe a esta clínica, desde el pasado mes de mayo de 1980, la cantidad de 6.633.482 pesetas, que viene a ser más o menos la cantidad supuestamente defraudada.

La fama, señor director, es un bien, se merezca o no; un bien que está en la letra y en el espíritu de la Constitución, y que no se respeta al considerar prioritario el derecho a informar y menos cuando se convierte en difamación sin pruebas./ Médico,