Martín Villa no ha recibido todavía el ofrecimiento de Calvo Sotelo para la secretaría general de UCD
La semana política se inicia hoy con la continuación del debate presupuestario en el Pleno del Congreso de los Diputados y la discusión sobre la adhesión a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en el Pleno del Senado. Paralelamente a la conclusión de estos dos importantes trámites parlamentarios, se cerrarán las últimas conversaciones para la designación del nuevo secretario general de Unión de Centro Democrático (UCD) como hombre puente entre el Gobierno y el partido, y para que Leopoldo Calvo Sotelo remodele su Gabinete atendiendo al nuevo equilibrio centrista. Aunque no se ha producido el ofrecimiento, Rodolfo Martín Villa sigue siendo el candidato más cualificado para ocupar la secretaría del partido centrista.
La designación de Martín Villa como número dos del partido centrista se considera asegurada en círculos políticos de la máxima solvencia, próximos al Gobierno y al propio ministro de Administración Territorial, aunque éste mantiene públicamente una prudente distancia política con el nombramiento que habrá de ratificar el Consejo Político de UCD. Martín Villa declaró en León, según informa nuestro corresponsal Antonio Núñez, tener «una disponibilidad escasísima para el cargo, y recordó que la iniciativa corresponde a Calvo Sotelo», que anoche no había realizado el ofrecimiento.Según fuentes oficiosas, las únicas dudas que todavía podría mentener Martín Villa en relación con su acceso a la secretaría general de UCD estarían vinculadas a la posible falta de apoyo por parte del sector suarista. Sin embargo, tras los contactos mantenidos durante la pasada semana por el propio Martín Villa y otras personas afines, el actual ministro de Administración Territorial podría tener ya garantizada, al menos, la no oposición de este sector que, según se pone de manifiesto por fuentes de UCD, se confunde en muchos de sus miembros con el denominado sector martinvillista.
Las razones de fondo del muy probable nombramiento de Martín Villa residen en cierta convergencia que se produce en su persona y en su sector respecto de las diferentes familias centristas. Una vez fuera de UCD los socialdemócratas de Fernández Ordóñez, ninguno de los sectores centristas tiene argumentos de peso para rechazar la candidatura de Martín Villa, ni siquiera los democristianos, en otro tiempo reticentes respecto a los azules, se oponen ahora frontalmente a un hombre que controla buena parte del aparato del partido y que domina como nadie las claves electorales, dato esencial con 1983 a la vuelta de la esquina. Algunas reservas de los liberales carecen de fuerza si se comparan con la escasa implantación de este sector en provincias, en donde continúan extendiéndose los Clubes Liberales patrocinados, desde fuera de UCD, por Antonio Garrigues Walker. Las posibles reservas frente a Martín Villa provienen de parte del equipo asesor de Calvo Sotelo, en donde los ministros Pío Cabanillas y José Pedro Pérez-Llorca no parecen ver con entusiasmo la consagración de su compañero de Gobierno como hombre fuerte del partido.
Junto a la próxima designación del nuevo secretario general de UCD, a partir de la próxima semana se producirá también la elección de los portavoces centristas en el Congreso y en el Senado, y la remodelación del Gobierno, en la que, según fuentes podría darse entrada de nuevo a las vicepresidencias. Miguel Herrero abandonará probablemente su puesto al frente del Grupo Centrista en el Congreso y ocupará una cartera en el próximo Gabinete, de acuerdo con el criterio que parece mantener Calvo Sotelo de trasvasar al Gobierno las personalidades más conflictivas, aunque valiosas, en el deseo de pacificar el partido y el grupo parlamentario cara a la próxima confrontación electoral.
Para preparar el debate que esta tarde iniciará el Pleno del Senado sobre la adhesión a la OTAN, al que asistirá el jefe del Gobierno, ayer tarde se celebró una reunión en la Moncloa, en la que participó Calvo Sotelo; el portavoz senatorial de UCD, Francisco Villodres; el ministro de Asuntos Exteriores, José Pedro Pérez-Llorca; el presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara alta, Alberto Ballarín, y el senador Luis Miguel Enciso, de la plataforma moderada y posible sustituto del socialdemócrata Villodres al frente del Grupo Centrista.
Esta mañana continúa el debate sobre los Presupuestos Generales del Estado para 1982, iniciado la semana pasada por el Pleno del Congreso, y en el que no se esperan sorpresas y apenas modificaciones, a pesar del gran número de enmiendas mantenidas por la izquierda. Según manifestó el presidente de la Cámara, Landelino Lavilla, la discusión presupuestaria debe quedar concluida esta semana, y para que así sea se habilitarán las horas necesarias, suspendiéndose las sesiones de comisiones que se precise.
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