Desde Siberia hasta el corazón de Europa.

En 1984 estará concluido totalmente el gasoducto que desde los campos siberianos traerá e Europa occidental y durante veinticinco años un total mínimo de más de 28 trillones de pies cúbicos de gas natural por año. Desde los yacimientos de Urengoy hasta los centros industriales de Alemania Federal, Francia e Italia, entre otros países, la gigantesca instalación recorrerá 5.500 kilómetros y su costo final se situará entre 850.000 millones de pesetas y 1,25 billones. En la financiación del proyecto están envueltos bancos de seis países comunitarios, básicamente los que se beneficiarán del gas, más Suiza, aunque la RFA lleva la parte del león. Además de los alemanes, austríacos, italianos, belgas, holandeses, franceses y suizos recibirán el gas soviético. La RFA será abastecida con diez mil quinientos millones anuales de metros cúbicos, con lo que su dependencia del combustible siberiano pasará del 17 al 30%. Francia importará ocho mil millones de metros cúbicos por año, el doble de consumo actual. Bélgica y los Países Bajos podrán comprar conjuntamente hasta diez mil millones. España podrá ser aprovisionada una vez que se hagan las extensiones necesarias. Solo los contratos de construcción ahora en marcha en empresas germanas, francesas e italianas suman ya tres mil millones de dólares.