Peligra la esfinge egipcia de Gizeh
El deterioro progresivo que desde hace milenios padece la esfinge de Gizeh, uno de los monumentos más característicos de Egipto y conocido en el mundo entero, hace temer por su definitiva destrucción, especialmente tras los recientes daños sufridos.En el pasado mes de octubre la esfinge perdió varios bloques de granito de su parte inferior izquierda, una de las patas de la imagen, a consecuencia de nuevas filtraciones de agua procedentes del cercano Nilo.
La continua sedimentación de depósitos salinos, la contaminación ambiental, la erosión del viento y arena del desierto minan lenta, pero progresivamente, este monumento ya bastante dañado por la acción de saqueadores. En la actualidad la esfinge carece de una parte de su mandíbula, un trozo de su cabeza, otro pedazo de su parte inferior y varios otros importantes destrozos, incluida la falta de parte de su nariz.
Si bien la antigüedad de este monumento sito en la planicie de Gizeh, al sur de El Cairo, y que representa al faraón Kefren de la cuarta dinastía, cuya pirámide se encuentra quinientos metros más arriba, permite que su destrucción sea un hecho por el paso del tiempo, no permite, sin embargo, otros deterioros.
Dichos destrozos son el robo, por parte de arqueólogo ingleses, en el siglo pasado, de un trozo de mandíbula, y de investigadores franceses, también en el siglo XIX, de parte de su nariz que se había desprendido.
Tanto la mandíbula como parte de la nariz no se encuentran en Egipto: la mandíbula está en el Museo Británico, de Londres, y la nariz, en alguna parte de Francia. En las últimas semanas el Ministerio egipcio de Cultura, bajo órdenes directas del ministro y titular, Abdel Hamid Radwan, decidió salvar la esfinge y otros importantes monumentos faraónicos pero, en principio, esta esfinge del faraón Kefren, que le representa con su rostro original, aunque deteriorado, y cuerpo de león.
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