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Pasa 11 días en la cárcel de Oviedo por llevarse a su hija del colegio para hablar con ella

Una mujer residente en Suiza, separada de hecho de su marido, quien le impedía ver a la hija de ambos, acaba de pasar once días en la cárcel de Oviedo por haberse llevado a la niña cuando salía del colegio, en Avilés, para hablar con ella y tratar de convencerla de que no es tan mala como dicen.

Pese a la manifiesta imposibilidad de continuar la convivencia matrimonial, el tribunal eclesiástico del arzobispado de Oviedo entendió en su día lo contrario, e invitó a Jesús Miguel Tomás y a María de la Felicitación Gutiérrez a vivir juntos de nuevo. El matrimonio y su hija, Isabel, residieron en Becena, pueblo de Cangas de Onís. Cuando la niña tenía muy pocos meses, María de la Felicitación se marchó con sus padres y más tarde emigró a Suiza.

María de la Felicitación Gutiérrez contrajo matrimonio con Jesús Miguel Tomás el 19 de julio de 1969. Tenía entonces diecisiete años, veintitrés menos que su marido. El 15 de mayo de 1970 tuvo una hija, a la que dio el nombre de Isabel, y cinco meses más tarde, en noviembre, planteó un juicio de separación conyugal ante el tribunal eclesiástico de Oviedo. Simultáneamente, el Juzgado de Primera Instancia de Cangas de Onís resolvió las medidas provisionales reguladoras de la vida del matrimonio mientras se sustanciaba el proceso de separación. Una de esas medidas concedió la guardia y custodia de la niña a la madre.

En 1972, el tribunal eclesiástico de Oviedo dictó sentencia contraria a la separación del matrimonio y exhortó a los cónyuges a vivir juntos, a la vez que les daba algunos consejos. Sin embargo, se mantuvo la separación de hecho. Jesús Miguel Tomás seguía en Becena y María de la Felicitación decidió emigrar a Suiza con el afán de ahorrar dinero para darle unos estudios a su hija cuando fuera mayor.

Isabel vivió durante algún tiempo con sus abuelos maternos en Becena, hasta que su padre, Jesús Miguel Tomás, solicitó del juzgado la suspensión de las medidas provisionales relativas a la custodia en favor de la madre, invocando la sentencia firme del juicio de separación ante la jurisdicción eclesiástica, la única competente al amparo de la legislación entonces vigente. A partir de ese momento, la madre y la hija deberían reintegrarse al hogar conyugal, fijado en el domicilio del marido. María de la Felicitación se negó a volver con Jesús Miguel Tomás, y éste cogió un día a la hija y se la llevó a su domicilio, de manera formalmente legal.

Repulsa de la madre

Fuentes próximas a la defensa de María de la Felicitación Gutiérrez aseguran que desde entonces la niña recibió una educación basada en la repulsa a todo lo relacionado con su madre. Estudia en un colegio de Avilés y pasa las vacaciones en Becena, permanentemente vigilada por su padre y un tío suyo, y aislada de otras niñas, aseguran las mismas fuentes.María de la Felicitación viene cada año a España con la intención de ver a su hija y comunicarse con ella. Ante la imposibilidad de conseguirlo, ignorante de la nueva legislación española al respecto, según la defensa, acudió hace tres semanas al colegio de Avilés, acompañada de una tía y madrina de Isabel, ambas disfrazadas con pelucas para no ser reconocidas. La niña, al verlas, reaccionó de forma insultante hacia su madre, la cual optó por llevársela en el coche que las esperaba a la Manjoya, población situada a unos 35 kilómetros de Avilés, para hablar con ella a solas y darle una versión diferente de la que supuestamente recibe sobre los motivos de la separación de sus padres. «No soy lo que te dicen de mí», aseguró María de la Felicitación a su hija, según medios próximos a la defensa. Poco más de una hora después, la policía detuvo en la Manjoya a la madre, a otras dos mujeres, familiares de ésta, y al conductor del coche. Los periódicos asturianos dieron cuenta al día siguiente de la acción policial, que culminó con la detención de estas personas, que llegaron a ser calificadas de secuestradores en algunos medios oficiales.

El titular del Juzgado número 1 de Avilés dictó la orden de ingreso en prisión de María de la Felicitación y sus acompañantes. El conductor fue puesto en libertad después de permanecer diez días en la cárcel de Oviedo, y las dos mujeres, un día más tarde.

En la legislación actualmente vigente, la patria potestad es compartida y no se reconocen más derechos al padre que a la madre. La defensa dice que, efectivamente, la madre se llevó a su hija y reconoce que ésta lloraba para oponerse a sus intenciones, pero agrega que su actitud es tan legítima como la del padre al tratar de apartarla de ella.

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