La British Steel planea reducir 20.000 puestos de trabajo
En sus planes de racionalización, la British Steel Corp. (BSC, Corporación Británica del Acero), piensa reducir su plantilla en 20.000 personas, en un intento de aumentar la viabilidad comercial de este sector industrial. En caso de triunfar la reestructuración de la BSC, el Gobierno de Margaret Thatcher podría privatizar algunas de sus partes.
La reestructuración -el plan de lan Mac Gregor, presidente de la BSC- consiste en reducir la capacidad productiva de la Corporación a quince millones de toneladas anuales, aumentando así al máximo la productividad y la competitividad de las diversas plantas. Mac Gregor quiere, pues, reducir las plantillas y los gastos generales, racionalizando aquellas áreas que se solapan con el sector privado.El documento que circula sobre la reducción de plantilla ha sido elaborado por David Grieves, director de personal de la BSC y, de ser aceptado, la fuerza laboral de la BSC pasaría de 109.000 a 90.000 empleados. De hecho, en menos de dos años la British ha reducido su plantilla en más de 70.000 personas.
La BSC espera aún lograr una viabilidad financiera sin tener que cerrar ninguna de las grandes plantas que subsisten. Pero ello, según Mac Gregor, dependerá de un aumento de la productividad, no sólo entre los trabajadores manuales, sino también entre los de cuello blanco.
La dirección ha señalado a los sindicatos que no podrá negociar un aumento salarial a nivel nacional, sino en cada planta en particular, dependiendo del aumento de la productividad.
En su esfuerzo por aumentar la viabilidad comercial de esta empresa nacional, Mac Gregor está llevando a cabo acuerdos con la industria privada, dedicada principalmente a los aceros especiales. Esta semana, BSC decidió vender a Lee Bright Bars la participación -un 45%- que poseía en esta compañía.
Si el plan de Mac Gregor se muestra fructífero, el Gobierno Thatcher podría decidir la desnacionalización de la totalidad o parte de la BSC, dentro de sus grandes planes de privatización que, por el momento, parecen limitados al sector de la energía. Sin embargo, el sector privado no se muestra demasiado esperanzado ante la posibilidad de una colaboración más próxima con la BSC, que produce en la actualidad un 75% del acero británico.
En febrero de 1981, el Gobierno Thatcher otorgó a la BSC 880 millones de libras (155.000 millones de pesetas) para este plan de reestructuración, que debería quedar completado a finales de 1982. La BSC se resintió de los tres meses de huelga que paralizaron su producción a principios de 1980, año en que la producción de acero en el Reino Unido bajó a once millones de toneladas, el nivel más bajo en cuarenta años. Este año, la BSC espera que la producción nacional se acerque a los quince millones de toneladas (cuando en 1979 se produjeron veintiún millones de toneladas de acero en el Reino Unido).
La huelga de 1980, el alto valor de la libra esterlina y los elevados tipos de interés -junto con la recesión general- contribuyeron a la crisis del acero británico. Los productores de acero en el Reino Unido, con la BSC a la cabeza, esperan que ahora tanto la Comunidad Económica Europea como el Gobierno británico adopten unas medidas más severas para el control de los precios del acero, pues las importaciones de este producto entran en el Reino Unido con precios un 40% inferiores a los de las listas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.