Ahmed Mestiri: "Los comicios nos han permitido dar un paso tímido hacia la democracia"
Un hombre defraudado que, sin embargo, mantiene todas sus esperanzas e ilusiones sobre el futuro democrático de su país y se declara consciente de la carga que representa ser el dirigente de una oposición que efectúa sus primeros balbuceos legales. Así aparece Ahmed Mestiri, secretario general del Movimiento de Demócratas Socialistas, ex ministro de Defensa en los años duros del burguibismo, orador apasionado y lúcido, a decir de algunos, y hombre teatral según sus detractores.
Los resultados de los comicios no le han sorprendido, en la medida en que han sido marcados por "numerosas irregularidades", de las que responsabiliza al partido oficialista, Destur. "Pese a ello, estas elecciones nos han permitido dar el primer paso hacia la democracia... Ese fue el sentido de nuestra participación.
"Nuestros adversarios han sido incapaces de enfrentarse a nosotros con medios políticos. De ahí que recurrieran a la milicia, al lumpen-proletariado. El Gobierno es el único responsable de los graves errores de estos comicios".
El gran ausente de estas elecciones era Ahmed ben Salah, fundador del Movimiento de la Unidad Popular, una de las pocas personas a las que Burguiba ha negado la amnistía. Mestiri sostuvo una entrevista con él días antes de los comicios, aprovechando su estancia en el congreso de los socialistas franceses en Valence.
"Tuve una larga discusión, en la que desarrollé los temas que ya le había expuesto por teléfono anteriormente. Ben salah tiene otra concepción de la política, otro sentido... Vive exiliado, lejos de la realidad, amargado... Le dije que, a pesar de todos los defectos y riesgos, la experiencia democrática actual tenía que ser sostenida, porque se trataba del interés superior de Tunicia. Hice hincapié en que no se podía tratar del interés personal de algunos hombres políticos, sino de nuestro país. Insistí vanamente en demostrarle que, si tenemos una posibilidad de ir hacia una evolución política, por pequeña que sea, ésta debe ser aprovechada. Porque no existe otra salida. Si fracasamos, le dije, quedará abierta la vía a la violencia y a otras alternativas en las que todos saldremos perdiendo..."
«Yo soy de los que piensan que uno de los fenómenos más significat¡vos del mundo moderno es la geopolítica. Tunicia es un país abierto, africano, árabe, tercer mundista, sensible a las influencias de otros países ribereños del Mediterráneo. Esa influencia golpea, ante todo, a nuestros jóvenes, a los intelectuales, conscientes de que si somos un país musulmán, también .estamos abiertos a las influencias de Europa occidental. De ahí el in terés que tienen para nosotros las experiencias de Francia y Grecia, y la que podría producirse en Es paña en el futuro. Por encima de nuestras rivalidades sociológicas, todos vivimos la misma aventura espiritual.
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