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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Réplica al profesor Seco Serrano

No está en mi ánimo polemizar con el insigne profesor. Me anonada mi pequeñez. Yo no soy catedrático de riada, ni historiador reputado, ni asiduo de los programas de Televisión Española, y no he tenido acceso -hasta ahora- a las memorias de Martínez Barrio. Sin embargo, querría hacer unas breves puntualizaciones.1. Insisto. El programa de Televisión Española riada tenía que ver con las elecciones de 1933. Se titulaba -lo dice así el propio señor Seco- La proclamación de la República. Nadie habló de otra cosa, excepto mi ilustrado contradictor, y, al final.

2. Gracias por haberme explicado la razón de haber tropezado (sic) con una noticia (sic) en las memorias de Martínez Barrio. Si el hecho de recibir un reiterado encargo de asesorar sobre el valor histórico -se supone que también editorial- de unas memorias inéditas que se encuentran en el Archivo Histórico Nacional en calidad de depósito hasta tanto se decide sobre su publicación, cree el profesor Seco Serrano que le autoriza a exponer públicamente el fruto de ese específico y accidental conocimiento, es problema exclusivo de él, y no mío. Ahora cada cual podrá opinar con los elementos de juicio necesarios.

3. En su carta del día 23, afirma el señor Seco "que es indiscutible" que las "Izquierdas republicanas hicieron la revolución de 1934. Anticipadamente quiero aclarar al senor Seco que yo no considero "poco democrática" la revolución de 1934. La considero la negación misma de la democracia.

Esto sentado -y suponiendo que se trata de un olvido, involun tario, naturalmente-, le recuerdo al profesor de Historia que todos los testimonios históricos afirman de manera indiscutible que don Manuel Azaña no solamente no participó en la revolución de octubre de 1934, sino que hizo todo lo posible por evitarla. ¿Necesito citar al señor Seco los testimonio de Salvador de Madariaga (España, páginas 522-529 y siguientes), Ricardo de la Cierva (Historia de la guerra civil española -Antecedentes-, páginas 432 y siguientes Historia básica de la España actual, páginas 333 y siguientes), Hug Thomas (La guerra civil española tomo I, página 171), Gabriel Jackson (La República española y la guerra civil, páginas 158 y siguien tes), Cipriano Rivas Cherif (Retrato de un desconocido, páginas 293 y siguientes), Niceto Alcalá Zamora (Memorias, páginas 299 y siguientes). Este último, quizá justificadamente apasionado. Y Manuel Azaña. Mi rebelión en Barcelona (Obras Completas, tomo III, páginas 25-179. Muy especialmente la página 25, y el testimonio de los autos dictados por el Tribunal Supremo. Páginas 185 y siguientes, discurso ante el Congreso, el 20 de mayo de 1935)? Todos -alguno con ciertas reticencias- coinciden en asegurar que Azaña encontró disparatada la ins.ensata aventura de octubre, y que así se lo hizo notar a los dirigentes socialistas y catalanistas. No; señor Seco, las izquierdas republican as no estuvieron, ni en esencia, ni en presencia, en Asturias ni en Cataluña alzadas en armas contra el legítimo poder

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del año 1934. Fueron otros, y usted lo sabe, como distinguido historiador que es.

4. Quisiera terminar explicándole de manera inequívoca el criterio de los republicanos de hoy. En varios actos públicos -algunos en el Ateneo de, Madrid-, bien con la escasa resonancia a que nos tienen acostumbrados, he dicho que "los republicanos, que somos capaces de morir por nuestras ideas, somos absolutamente incapaces de matar por ellas".

Ahora, en 1981, sigue teniendo vigencia nuestra escala de valores, que en plena guerra civil hizo resaltar don Manuel Azaña: España, la libertad y la República, por este mismo orden. Lo que ocurre es que tenemos la convicción de que la última es la mejor garantía y salvaguardia de las dos primeras./ Presidente de la Comisión Ejecutiva Nacional de Acción Republicana Democrática Española.

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