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Reportaje:

200.000 ciclistas "invadieron" pacíficamente el centro de Madrid durante la mañana del domingo

Las previsiones más optimistas realizadas días atrás por los organizadores de la IV Fiesta de la Bicicleta de la Villa de Madrid se vieron sobrepasadas el domingo por la mañana. Los cálculos que indicaban que serían en torno a los 120.000 los ciclistas que recorrerían las calles de la ciudad en este paseo anual fueron rebasados. La Policía Municipal cifraba ayer en algo menos de 200.000 el número de participantes, y una fuente municipal se atrevía a asegurar que esa era la cifra prudente. "Lo más seguro es que haya bastantes más de 200.000", decía.

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La mañana ciclista madrileña comenzó oficialmente un poco después de las nueve, cuando el alcalde cortaba simbólicamente la cinta que abría a su utilización el carril-bici del parque del Retiro, punto de partida, además de la fiesta. 1.600 metros de recorrido ciclista por el parque, delimitado por un bordillo pintado de cuadros negros y blancos, han venido a sustituir al velódromo popular Príncipe de Vergara, que todos los días festivos por la mañana la Policía Municipal acotaba en la calle de ese nombre.Al fondo de la inauguración, la polémica entre las autoridades municipales y uno de los concejales de la Corporación, en este caso en funciones de director general de Bellas Artes. Pero nadie lo mentó y el carril-bici del Retiro ya está a disposición de los madrileños.

Los que sí mentaron el circuito ciclista, pero para criticarlo, fueron los ecologistas, que llegaron al parque muy de mañana para instalar allí su ballena hinchable que empieza a hacerse popular en cualquier manifestación ciudadana. Estos grupos insistían, una vez más -ya lo habían hecho el sábado por la mañana frente al Ayuntamiento, donde entregaron al alcalde un manifiesto en contra de la Fiesta de la Bicicleta y de la política de carriles-bici acotados-, en que la bicicleta debe ser considerada como una muy seria alternativa al transporte urbano y no debe ser relegado su uso a guetos al estilo del carril-bici del Retiro. Si el uso de la bicicleta se extendiera por toda la ciudad, y no con un carácter de "ecología por un día", los defensores del medio ambiente natural auguran una disminución radical de la contaminación atmosférica y el ruido ciudadanos.

Una hora antes de que se iniciara oficialmente la cuarta edición de la Fiesta de la Bicicleta, sus organizadores, los radiofonistas de Radio Popular de Madrid, ya lo tenían todo preparado. 8.000 tiritas, cuatro paquetones de algodón y cuatro litros de agua oxigenada formaban el mínimo botiquín destinado a solucionar las rozaduras y pequeñas heridas que la inexperiencia o alguna caída fortuita pudiera provocar. Por si la continencia fuera mayor, allí estaban catorce vehículos de la asociación Dya y tres ambulancias municipales.

Pero su intervención no llegó a ser necesaria. El accidente más grave de los que se registraron a lo largo de la mañana lo protagonizó un ciclista que, tras sufrir una caída, hubo de ser atendido en la clínica Covesa, de la calle del Príncipe de Vergara. En la mayoría de los casos, los pequeños accidentes no precisaron más que de las atenciones de los compañeros del accidentado.

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Tampoco los incidentes revistieron especial importancia, aunque, eso sí, no faltaron. El más grave puede que fuera el que se registró en la plaza de Oriente, frente al palacio Real, cuando un automovilista increpó a los ciclistas porque no le dejaban pasar en el momento en que quería hacerlo. De las palabras, a las manos, hasta que, los ciudadanos convertidos en improvisados púgiles fueron separados.

Algo parecido, aunque de menor importancia aún, ocurrió en el cruce de las calles de Ortega y Gasset y Príncipe de Vergara. Los automovilistas, que ya llevaban un buen rato esperando a crucar la intersección, protestaron airadamente. La respuesta que obtuvieron consistió en un formidable abucheo.

El éxito de la mañana fue posible gracias a la colaboración de unas quinientas personas, en su mayoría scouts, que se encargaron de controlar el paso de los ciclistas, especialmente por el parque del Retiro. Eso aparte claro está, del despliegue organizado por los miembros de la Policía Municipal madrileña.

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