Críticas de teólogos al proyecto del nuevo Código de Derecho Canónico

La comisión pontifical para la revisión del Derecho Canónico, compuesta por 55 cardenales y 19 arzobispos, se reunió ayer en el Vaticano para dar los últimos retoques al texto definitivo. La revista Concilium, en un reciente número dedicado al tema, y un escrito de veintitrés teólogos reconocidos internacionalmente han puesto serios reparos a la redacción actual, a pesar de que suaviza considerablemente las posturas del Derecho Canónico en vigor sobre asuntos como la excomunión por aborto y masonería.

El Derecho Canónico que rige actualmente en la Iglesia católica fue promulgado el 17 de mayo de 1917 y entró en vigor en 1918, bajo el papado de Benedicto XIV. Fue Juan XXIII quien decidió la revisión del Codex Juris Canonici, en 1963. La formulación de un nuevo texto legal constituía, junto al sínodo diocésano de Roma y la convocatoria del Concilio Vaticano II, el eje del aggiornamento de la Iglesia a los nuevos tiempos. Pablo VI confirmó esta decisión en 1965, pretendiendo que la nueva normativa eclesiástica codificara el espíritu y los decretos del Vaticano II.Aunque el borrador es completamente secreto, han sido difundidos extractos en los que se detecta una suavización general de las penas eclesiásticas. Por ejemplo, no se prevé ya la excomunión para los que practican o se someten al aborto, quedando la cosa en prohibición de la práctica sacramental. También se suprime la pena de excomunión para los miembros de la masonería, bastando una justa pena no precisada.

Mayor resistencia encontró una pretendida ley fundamental de la Iglesia, especie de carta magna constitucional, que contemplaba, entre otros puntos, la posibilidad de renuncia del Papa por motivos de atentado, salud o imposibilidad. El influyente cardenal Leo Suenens, ex primado de la Iglesia belga, declaró a este respecto: «Existe ya una ley fundamental, y se llama Evangelio. Es peligroso plasmarlo en un texto legal».

La crítica más generalizada al proyecto de nuevo código se resume en «traición al espíritu del concilio». La revista Concilium denuncia la acentuación excesiva del primado del Papa, el lenguaje clerical y el olvido sistemático de los logros eclesiológicos del Vaticano II. El secretario de la comisión encargada de la revisión ha refutado vigorosamente estas denuncias, señalando que el texto actual está todavía sujeto a revisión. Un grupo de veintitrés teólogos, entre los que se encuentran el alemán Karl Rahner, los franceses Chenu y Congar y el peruano Gustavo Gutiérrez, ha abundado en las mismas críticas, insistiendo en el tratamiento marcadamente jerárquico del proyecto. La subordinación incondicional de los laicos a los clérigos, etcétera. La presencia entre los firmantes de un teólogo como Urs von Balthasar, influyente en Juan Pablo II y cercano a los sectores más conservadores de la Iglesia, da un peso específico al informe de los veintitrés teólogos.