El cine español de los sesenta, una de las máximas atracciones del Festival de Valladolid
"El jardinero", película discutida de Sentier
El ciclo sobre el cine español de los años sesenta está constituyendo una de las grandes atracciones de la Seminci y sorprendiendo a quienes desconocen la importancia e incidencia de aquella generación semiperdida. El éxito de esta amplia panorámica de la época, en que surgió una miniapertura con Fraga en el Ministerio de Información, queda reflejado por el hecho de que el ciclo que se proyecta en Valladolid ha interesado vivamente a criticos y hombres del cine extranjeros desplazados a la capital castellana, y puede ser llevado a varias capitales europeas.
Está confirmada la realización de un ciclo similar en París y Londres, y también responsables del cine de Austria (país al que la Seminci dedica uno de sus ciclos) pretenden pasar en Viena las primeras, y en algunos casos, únicas, películas y cortos de fin de carrera de los Saura, Picazo, Valcárcel, Artero, Mercero, Summers, Martín Patino, Regueiro, Camus, etcétera.El cine español, sin embargo, trajo una de las primeras decepciones a la Seminci con la película Nous, primer largometraje de José Antonio Ramos Terrado, presentada a la sección de concurso. Ramos Terrado defraudó totalmente y tuvo que aguantar durísimos ataques de los críticos y el público en el coloquio celebrado tras la proyección. Con una técnica lamentable, trata de contar una retrocognición, la historia de una joven canaria, que, anteriormente, había vivido en 1928, en el siglo XVI y en el IX. El filme falla por todos los lados y sólo la joven muestra unas posibilidades enormes de actriz.
Polémica, aunque menos, suscitó también El jardinero, del actor y escritor francés Jean Pierre Sentier. El filme intenta ser, según su autor, una burla de la sociedad, «hecha con audacia y mordiente». Lo logra en bastantes ocasiones, pero la película se hace reiterativa y pesada, pese a la perfección de las imágenes y el derroche de imaginación de un Sentier que trata de huir «de los convencionalismos del cine norteamericano y de que las películas se parezcan a emisiones de radio, porque siempre hay alguien hablando; yo lo cuento con imágenes». En El jardinero se observan concomitancias de Them rock, de Faraldo.
Union city, del norteamericano Mark Reichert, está hecha con una gran pobreza de medios y se nota. No pasa de ser una declaración de buenas intenciones del cine marginal de Estados Unidos.
El panorama sobre el cine austriaco actual, otro de los ciclos de la Seminci, se completa con la publicación de un libro, editado por el festival vallisoletano, sobre este tema y escrito por el francés residente en Viena Jean Pierre Chemineau. A la presentación asistieron el embajador de Austria y el subdirector general de cine austriaco, quien confirmó la existencia de contactos para organizar un ciclo de cine austriaco en Madrid y otro de cine español, probablemente el de los años sesenta, en Viena.
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