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Crítica:MÚSICA CLÁSICA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

López Cobos pone orden y claridad en el "Fausto" de Berlioz

No es de extrañar que un director vocacionalmente operístico como es López Cobos base a menudo sus conciertos sinfónicos en obras de carácter poemático, con importante carga, literaria o dramática. Reciente aún una espléndida Sinfonía Dante, Jesús López Cobos eligió para el concierto inaugural de la Orquesta y Coro Nacionales una partitura de clasificación problemática -La condenación de Fausto, leyenda dramática-, pero que acaso quede más cerca del género operísticó que del oratorio. El maestro zamorano tiene previsto dirigir en su Opera de Berlín una representación de la misma, con lo que deja fuera de toda duda su visión de la pieza de Berlioz como música teatral.

Sería estéril extenderse sobre estas consideraciones genéricas. Lo que resulta evidente es que la partitura del más genial compositor francés romántico posee atractivo e interés en proporciones altísimas. Uno no puede dejar de manifestar que prefiere esta música llena de problemas, imperfecta si se quiere, a otras objetivamente más redondas, peto mucho menos ricas en sugerencias y emociones. Por lo demás, la mayor parte de los problemas, de la condenación de Fausto habría que justificarlas en base a lo utópico del propio planteamiento: poner en música el Fausto, como el Quijote o Hamlet es, en teoría -y la historia lo demuestra-, algo poco menos que inalcanzable. Con el intento de Berlioz no se produjo el milagro, pe-ro la partitura resultante contiene aciertos expresivos, dramáticos, melódico-armónicos e instrumentales que admiran.

La condenación de Fausto (Berlioz)

Florence Quivar (mezzo-soprano), Kenneth Collins (tenor), Walton Gronroos (barítono), Enric Serra (bajo). Escolanía Virgen de Mirasierra. Coro y Orquesta Nacionales de España. Director: Jesús López Cobos. Teatro Real, 16 de octubre de 1981.

La versión de López Cobos posee, ante todo, la virtud de la claridad, del orden riguroso. No solamente estuvo todo en su sitio, sino que tuvimos la sensación de que ni un solo compás había sido considerado de paso. Una versión superficial nos impulsaría ahora a recordar momentos particularmente logrados: sin duda, los pasajes que tantas veces se interpretan aisladamente o aquellos de máxima tensión dramática; pero no es este el caso, felizmente, porque hubo un pulsó musical y expresivo mantenido, unitario, y creo que este es el mejor elogio que podemos hacer de la interpretación de López Cobos.

En una consideración global, más nos gustaron los conjuntos de casa que las actuaciones solistas. Si el catalán Enric Serra defendió con acierto el corto pero difícil papel de Brander, los dos protagonistas masculinos quizá no lograron convencer plenamente en sus encarnaciones de Fausto y Mefistófeles: el tenor inglés Kenneth Collins hubo de forzar sus posibilidades vocales y anduvo algo apurado en algunos momentos especialmente exigentes de la partitura (dúo con Margarita, Invocación a la naturaleza), sobre todo en el registro agudo; el barítono finlandés Walton Grónroos cantó con buen gusto, pero acaso no sea la voz ideal para Mefisto, quedando el personaje un poco falto de garra. Lo mejor del grupo, solista lo dio la mezzo estadounidense Florence Quivar, sin problemas en su papel, que hizo una Margarita de gran exquisitez musical. En la cuarta parte de la obra intervino, con pleno acierto, el coro infantil Virgen de Mirasierra, preparado por el propio titular del Coro Nacional, José de Felipe.

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