Don Juan Carlos y doña Sofía

Al término de su visita oficial a Estados Unidos, donde fueron recibidos por el presidente Ronald Reagan, disfrutan de dos jornadas de descanso en la populosa ciudad de Nueva York, donde, seguidos por una discreta escolta, intentan hacer vida de unos ciudadanos normales. Así, visitaron en la noche del pasado jueves, acompañados de un grupo de amigos, el Studio 54, que es una de las más famosas discotecas de Nueva York, que acaba de reabrir sus puertas después de cerca de dos años de obligado cierre por problemas impuestos e incidentes que ocurrieron en este antiguo teatro de la calle 5, donde se dan cita los famosos de la capital neoyorquina. La jornada de los Reyes comenzó con un almuerzo en el restaurante Le Cirque, muy próximo al hotel The Mayfair Regent, donde se hospedan. Por la tarde, la reina Sofía visitó los primeros grandes almacenes de Nueva York, Bloomingdales, donde realizó unas compras, mientras don Juan Carlos jugaba una partida de squasch con un jugador mexicano que ocupó el tercer lugar en el campeonato del mundo de este deporte. Por supuesto, el Rey perdió deportivamente la partida ante el ilustre campeón, informa Pablo Sebastián.Por la noche fueron a cenar al restaurante Mortimer y desde ahí pasaron a realizar un recorrido por la vida nocturna y de moda de Nueva York. Clubes y discotecas, como Lone Stars, Studio 54 y Sherry Netherland fueron lugar de parada en su recorrido. En la mañana de ayer volvieron de visita a tiendas famosas de la Quinta Avenida y, posteriormente, el Rey y las personas de su séquito almorzaron en el Club 2, en compañía de los embajadores de España en Washington y ante las Naciones Unidas, José Lladó y Jaime de Piniés. Este último tiene previsto ofrecer un almuerzo al Rey en su residencia a mediodía de hoy, y horas antes de que los Reyes inicien su viaje de regreso a España.