Una falsa amenaza de bomba obliga a evacuar el Hospital Central de la Cruz Roja, en medio del pánico
Una falsa amenaza de bomba, recibida a primeras horas de la tarde de ayer en el hospital de San José y Santa Adela de la Cruz Roja, de Madrid, obligó a evacuar el centro sanitario durante casi hora y media, en medio de una gran confusión y alarma general entre los enfermos y sus familiares que se encontraban de visita en el centro. Las distintas dependencias del hospital quedaron prácticamente paralizadas, incluidas las urgencias, pese a que el personal sanitario, de manera voluntarista dada la ausencia de control en la operación de evacuación, permaneció en sus puestos, mientras los enfermos, algunos de ellos recien operados y aún con puntos de sutura, se lanzaban materialmente al patio interior del recinto sanitario y buscaban cobijo en los vehículos policiales que acordonaban la zona v en las viviendas próximas al hospital
Inspeccionadas las instalaciones sanitarias por efectivos de la Policía Nacional, que consideraron innecesaria la presencia de artificieros, no se detecto ningún objeto sospechoso, autorizándose poco despues de las cinco de la tarde el regreso a las habitaciones. Para esta hora, enfermeros, médicos, policías nacionales y miembros del cuerpo de Seguridad Ciudadana del Ayuntamiento trataban de canalizar el flujo de camas, camillas y sillas de ruedas que regresaban a sus respectivas habitaciones. El estado de los enfermos, muchos de los cuales dada su gravedad desconocían incluso la causa de la situación por la que atravesaban, se veía agravado por la tensión del momento.De otra parte, el ambiente tras la confirmación de que se trataba de una falsa alarma se hacía aún más tenso por las quejas de los familiares que hubieron de abandonar el centro con los enfermos, ya que la llamada anónima que sobre las 15,40 horas se recibió en la centralita del hospital advirtiendo que a las cuatro y media explosionaría un artefacto, coincidió con el horario de visitas que tiene establecido el centro.
Según testimonios de algunos de los familiares de los enfermos, poco antes de las cuatro de la tarde alguien fue avisando por las salas y habitaciones de que había que acabar con las visitas "porque se esperaba la visita de alguien muy importante". Inmediatamente después se conoció la alarma de bomba, lo que desató el pánico entre enfermos y familiares.
Madres con sus criaturas recién nacidas en brazos y envueltas en la misma manta con la que se cubrían en la cama recien abandonada, enfermos con el esparadrapo aún colgando del brazo tras haber sido retirada la aguja que les alimentaba de suero, otras huellas de curas apenas concluidas, encarnados y casi inconscientes en sillas de ruedas, hasta casi el medio millar de enfermos que completa la población ingresada en el centro sanitario abandonaron en escasos minutos sus habitaciones para buscar refugio enel jardín, del hospital, en los vehículos policiales que acordonaban la zona mientras sus efectivos trataban de detectar cualquier paquete sospechoso, y en establecimientos y viviendas próximas.
¿Por qué cundió la alarma?
Una pregunta común entre los evacuados era el por qué había cundido la alarma de manera tan desordenada, resultando desbordados los responsables del centro. Nadie supo explicar la razón. Para el doctor Ley, subdirector del hospital y presente en el mismo a la hora de registrarse la llamada anónima que sembró la alarma, "una filtración de este tipo es imposible de evitar". No obstante, la llamada anónima recibida en la centralita no le fue comunicada directamente al doctor Ley, sino que, según él mismo cree recordar, le llegó a través de un médico.Asimismo, el doctor Ley reconoció que el personal sanitario se vió desbordado por los acontecimientos.
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