Francisco Villar
es un leonés de 68 años que lleva más de dos intentando demostrarle a la Seguridad Social que todavía sigue vivo, empeño en el que, sin embargo, no ha tenido éxito hasta ahora. Ostenta también el récord de que al menos en tres ocasiones en lo que va de año le hayan comunicado personalmente en otras tantas ventanillas oficiales que no podían atenderle porque, según los archivos, había fallecido ya tiempo atrás. "Ante mis protestas, porque yo estoy vivo, me dijeron que me fuese tranquilo, y que ellos lo arreglarían todo". Luego le daban un volante para que él y su familia pudieran recibir asistencia sanitaria de urgencia. La última vez a finales del pasado mes de agosto, decidió plantar cara a los funcionarios y exigir "que de una vez para siempre me arreglaran la cartilla", tras lo cual, y después de numerosas consultas a Madrid, volvieron a decirle que había sido dado de baja por defunción, y que el falso fallecimiento se debía a un error burocrático fácil de subsanar, informa Antonio Núñez.
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