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El futuro presidente de México promete luchar contra la corrupción

Una propuesta de renovación moral de la sociedad, con el compromis de luchar a fondo contra la corrupción administrativa, constituye el eje de la primera oferta electoral planteada al pueblo mexicano por Miguel de la Madrid, convertido el pasado domingo en candidato oficial la presidencia de la República por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), y seguro ganador de las elecciones que se celebrarán e primer domingo de julio.

El delfin de José López Portillo apenas aportó ninguna otra novedad' en su largo discurso de dos horas, destinado fundamentalmente a tranquilizar a los santones del partido, algo inquietos por la escasa imagen revolucionaria que ofrece su candidato.Desde el momento mismo del destape, el pasado 25 de septiembre, han empezado a desembarcar en puestos clave del PRI los hombres del candidato, un equipo por lo general muy joven, de escasa relevancia anterior en el partido, de formación tecnocrática y de estilo empre sarial a la americana. Esto ha hecho que los priistas históricos hayan empezado a, sentirse desplazados y se haya producido incluso una guerra sorda en el seno del partido para ocupar posiciones ante la campaña electoral, que tradicionalmente suele marcar la pauta del primer Gobierno.

De cara a estos sectores priistas, Miguel de la Madrid no regateó adhesiones personales al ideario de la revolución mexicana y compromisos con los mexicanos, los grandes olvidados de un régimen que nació precisamente con la reforma agraria como norte de su acción de gobierno.

Para el sector obrero del partido reservó la promesa de mantener un salario remunerador, la garantía de realizar un esfuerzo prioritario en la creación de nuevos empleos y la lucha contra la inflación. Esto es, acciones que en pura teoría económica aparecen como contradictorias. A la hora de la realidad habrá que ver cómo enfrenta al tiempo la lucha contra el paro y la carestía de vida, que en los dos últimos años ronda el 30% anual.

Apoyo sindical condicionado

Por primera vez desde 1950, el líder de la Confederación de Trabajadores Mexicanos, Fidel Velázquez, que a sus 79 años dirige el mundo del trabajo con mano de hierro , ha puesto condiciones para apoyar al candidato del PRI, un hecho insólito en este país.El hecho de que el destape pilla se a contrapelo al líder sindical, a parecer comprometido en una operación de apoyo a otro aspirante, no parece ser ajeno a este condicionamiento del apoyo obrero, que se vincula a los siguiente temas: reforma constituciona para definir el campo de la propiedad, consolidación del sector público, reforma fiscal que grave preferentemente a los capitales, mayor control de la inversión extranjera y redefinición del plan globa de desarrollo, de forma que otorgue prioridad al campo.

Este pulso entre los sectores obreros y el candidato no parece que vaya presentar excesivo problemas para Miguel de la Madrid, que, por encima de cualquie retórica de partido, no puede decirse que haya salido elegido de una confrontación de las bases de PRI, sino del dedo del actual presidente, que en el esquema mexicano tiene el poder consuetudinario de nombrar al candidato de partido.

Por lo demás, y en materia de política exterior, Miguel de la Madrid no ha hecho sino promete una continuidad de los principio puestos en práctica por su predecesor. Por aquello de su formación en Harvard y los temor es que despierta, el futuro presidente ta sólo se ha ocupado de puntualiza que es partidario de no tener un excesiva dependencia de Estado Unidos. Independencia y nacionalismo seguirán sieíldo, dijo, los dos motores de la política de su sexenio.

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