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La derecha gobernante en Grecia, seriamente amenazada por el partido socialista

La campaña electoral griega entró ayer en su etapa final y decisiva de cara a los comicios del próximo domingo, que por primera vez en la historia de Grecia suponen una seria amenaza para los partidos conservadores y una oportunidad de alcanzar el poder para una opción de izquierdas, encarnada en elmovimiento Socialista Panhelénica (Pasok) y resumida en su eslogan electoral: Allaghi (cambio).

Con un porcentaje relativamente alto de votantes todavía indecisos (entre el 15% y el 20% de los seis de seis millones de electores, según los últimos sondeos), los partidos políticos se esforzarán esta semana por arrancar los últimos votos que puedan inclinar a su favor la balanza electoral.Atenas, donde se concentra la tercera parte de la población total del país, será escenario de cinco grandes mítines, que tendrán lugar el viernes en la plaza Syntagnia (Constitución), en pleno centro de la capital y a sólo unos centenares de metros de la antigua ágora, donde los atenienses practicaban ya la democracia directa en el siglo V antes de Jesucristo.

Nueva Democracia, el partido en el poder que fundara en 1974 el actual presidente de la República, Constantino Caramanlis, y que encabeza el primer ministro, Giorgios Rallis, busca un nuevo mandato tras haber gobernado el país durante los últimos siete años, desde que se restauró la democracía, a la caída de la dictadura de los coroneles. Nueva Democracia reintegró a Grecia en la estructura militar de la OTAN hace algunos meses, y consiguió el ingreso del país en el Mercado Común Europeo a principios de este año. Es una opción claramente de derechas, occidental y atlántica, que ha ido perdiendo cierto apoyo popular, principalmente a causa de los problemas económicos del país.

El principal enemigo del partido gubernamental, y el favorito según los sondeos de opinión pública, esos nuevos oráculos de la política griega, es el Movimiento Socialista Panhelénico (Pasok), creado en 1974 por Andreas Papandreu, con un programa muy radical, que le separa notablemente de las socialdemocracias europeas. El Pasok se ha mantenido fuera de la Internacional Socialista y ha abogado por la retirada de Grecia de la Alianza Atlántica y del Mercado Común, así como por el desmantelamiento inmediato de las bases militares norteamericanas en territorio griego, para defender una política iicutralista y no alineada.

De un modesto 13% en las elecciones de 1974, el Pasok pasó a convertirse en el segundo partido político griego en 1977, con un 25% de los sufragios y 93 diputados en el Parlamento. Tanto las encuestas de opinión como el masivo mitin celebrado el sábado pasado en Salónica, al que asistieron más de 250.000 personas, hacen prever un importante aumento de su clientela electoral el próximo domingo. Previsiones estas que han causado inquietud no sólo en el actual Gobierno de Atenas, sino también a ambas orillas del Atlántico norte.

Averof, contra Felipe González

La presencia del secretario general del PSOE, Felipe González, en el mitin de Salónica, el sábado, fue criticada ayer por el ministro de Defensa griego y representante del ala más derechista de Nueva Democracia, Evangelos Averof, quien rozó peligrosamente la demagogia cuando acusó a Papandreu de no haber combatido la dictadura de los coroneles y de haberse comprado una casa en Canadá durante su exilio en ese país. La presencia del líder socialista español, en cualquier caso, provocó irritación en el Gobierno griego, que, según fuentes socíalistas, hizo presiones a través de su Embajada en Madrid para que Felipe González suspendiera su viaje a Salónica, donde fue calurosamente acogido por los entusiastas militantes socialistas.

El Partido Comunista del Exterior, de línea totalmente prosoviética, se perfila coiho la tercera fuerza política del país, con casi un 10% de los sufragios, que sus dirigentes confian en ampliar al 17% en estos comicios, lo que le convertiría en un partido bisagra, sín el que sería imposible gobernar. El Partido Comunista del Interior", eurocomunista, sólo contaba con un diputado en la anterior legislatura y sus aspiraciones son realmente modestas. Este es el partido que goza del apoyo de los partidos comunistas español e italiano.

Por último, la Unión de Centro Democrático (Edik) es un partido en desintegración que llegó a obtener un 21% del voto popular en 1974, pero que ha ido dividiéndose y perdiendo clientela, hasta el punto de que corre el peligro de ser superado en número de diputados por los comunistas en estas elecciones.

El resto de los partidos que acuden a los comicios, una decena más, tienen escasa o nula representación en el Parlamento griego, y la mayoría se agrupa hacia una de las dos grandes tendencias que comienzan a dividir tajantemente la política del país: la derecha de Nueva Democracia y la izquierda del Pasok.

La progresiva e implacable desaparición de una fuerza política de centro es, en opinión de muchos observadores, uno de los mayores riesgos de la política griega, pues puede desembocar en una total bipolarización de un país que sufrió una cruenta guerra civil entre 1946 y 1949.

El sistema electoral vigente de "representación proporcional reforzada", similar al español, prima a los partidos mayoritarios de tal manera que puede ser de gran ayuda para la Nueva Democracia.

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