La oposición egipcia consídera aceptable el plan para Oriente Próximo

ENVIADO ESPECIALEl ex general Sadeldin Chazli, líder del Frente Nacional egipcio, principal grupo de la oposición exterior, se mostró ayer sumamente cauto al enjuiciar la política del nuevo hombre fuerte de su país, Hosni Mubarak, aunque no descartó la posibilidad de un enfrentamiento abierto con él en el caso de que siga la misma política que Anuar el Sadat.

En el transcurso de su primera conferencia de Prensa desde la muerte del rais, celebrada ayer en Trípoli, Chazli declaró que el plan de paz de Arabia Saudí para Oriente Próximo es una base aceptable a discutir por los países árabes. Sobre la presencia del presidente del Gobierno español, Leopoldo Calvo Sotelo, en el entierro de Sadat dijo que constituia un apoyo a un régimen autocrático.

La reunión con el medio centenar de periodistas europeos, árabes y norteamericanos se celebró en lo que hasta hace poco tiempo era un centro cultural egipcio, que ahora se ha convertido en sede del Frente Nacional. Las medidas de seguridad eran drásticas, hasta el punto de que a los informadores nos fue examinado minuciosamente todo el material periodístico que llevábamos encima, desde los bolígrafos a los magnetófonos, sin olvidar los rollos y cámaras fotográficas.

Al referirse al vicepresidente Mubarak, que hoy será refrendado como nue vo rais, el líder del Frente Nacional egipcio manifestó que no era responsable de todas (recalcó fuertemente esta palabra) las maniobras de Sadat", pero que si seguía el mismo camino que su predecesor sería tan responsable como él. Esto contradice declaraciones anteriores de Chazli, en las que anunciaba una ruptura abierta con las nuevas autoridades de El Cairo y reiteraba sus llamamientos a los egipcios para que luchasen, con todos los medios posibles, contra el vicepresidente Mubarak.

En la conferencia de Prensa estuvo presente el ministro de Información de Libia, Jalifa el Asabi, que actuó como traductor al árabe de las preguntas y respuestas efec tuadas. Chazli justificó su presen cia en Trípoli afirmando que su movimiento pertenece al Frente de la Firmeza árabe, por lo que podía trabajar en cualquiera de los países que forman parte de él (Argelia, Siria, Yemen del Sur y Libia), pero que había escogido este último Estado por su mayor proximidad a Egipto. "Es un observatorio más idóneo", dijo.

Contraviolencia

Fue bastante ambiguo con relación a la filiación política de los miembros del comando que acabó con la vida de Sadat. "No importa quién disparó contra él. Lo que interesa es que esa acción fue un acto de justicia contra un traidor". Más adelante señaló que la "ejecución" fue obra de "unos pocos hombres valientes de las fuerzas arm adas egipcias".

La tesis que repitió más machaconamente durante sus declaraciones fue que la muerte del rais no fue un acto de violencia, sino de contraviolencia. "Los regímenes autocráticos, como el de Sadat, son en sí mismos la violencia; por eso está justificad la legítima defensa contra ellos". Afirmó que en Occidente se había hablado de asesinato y terrorismo, pero su opinión era muy distinta: "Fue un acto de patriotismo".

A la pregunta de EL PAÍS sobre la presencia de Calvo Sotelo en el entierro de Sadat, Chazli afirmó textualmente: "Estamos dispuestos a olvidarla, porque no fue sólo el Gobierno español, sino todos los de Europa occidental, más Estados Unidos, los que se han situado a favor de un régimen autocrático y en contra de la democracia. Espero que Europa y EE UU entiendan que es mejor para ellos tratar con un sistema democrático. Si así lo entienden, nosotros lo olvidaremos todo". Otra de las ideas reiteradas por Chazli fue su denuncia de los acuerdos de Camp David, por considerarlos una traición de Sadat al mundo árabe.