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Walesa solicita negociaciones con el Gobierno para salvar Polonia

El presidente del sindicato independiente polaco Solidaridad, Lech Walesa, pidió ayer, en una entrevista con Radio Varsovia, negociaciones serias con el Gobierno para sacar al país de la catástrofe, y al mismo tiempo dijo que la autogestión es el único camino para superar la crisis.

En la noche del miércoles terminó por fin el congreso de Solidaridad, y ayer se reunió por primera vez la recién elegida comisión nacional, a puerta cerrada, en Gdansk, donde se eligieron los' dos vicepresidentes nacionales de Solidaridad, Stanislaw Wadolowski y Miroslaw Krupinskin, dos personajes hasta ahora desconocidos. También se eligió al nuevo portavoz nacional de Solidaridad, Marek Brunne, un hombre de confianza de Walesa.En la reunión de Gdansk a puerta cerrada, según informaciones filtradas, se ha producido una fuerte lucha por la ocupación de los puestos de la presidencia del sindicato, el órgano ejecutivo, que en los próximos meses marcará la futura línea de actuación del sindicato independiente.

El congreso de Solidaridad, que duró dieciocho días entre sus dos fases, ha supuesto un desgaste considerable del hasta hace semanas líder casi indiscutible, Lech Walesa, y también puso de manifiesto la existencia de múltiples tendencias dentro del sindicato independiente.

Walesa está en entredicho, y en cualquier momento sus oponentes podrán exigirle cuentas, acusarle de incumplir el programa, lo que no será difícil dado el nivel de exigencias planteado: elecciones municipales libres, prioridad del Parlamento, reducción de gastos militares, autogestión a todos los niveles de la vida polaca, tribunales populares contra los responsables de la ruina económica del país y de todas las represiones ocurridas en Polonia desde el final de la segunda guerra mundial.

Hay además un tema que no ha pasado inadvertido ni para las autoridades de Varsovia ni para las de Moscú: el programa de Solidaridad no menciona una gola vez la palabra "socialismo", y tampoco, ni a favor ni en contra, la de "Unión Soviética".

Un movimiento social

Estas exigencias hacen que Solidaridad rompa el marco sindical para convertirse en un movimiento social, tal como dice el programa. Walesa dijó a la radio que Solidaridad no puede ser un puro sindicato "mientras Polonia no esté a salvo".En Polonia, la situación ha llegado a un punto donde no bastan las palabras, las afirmaciones patrióticas y las frases de Walesa. "Ya es hora de que nos sentemos juntos y empecemos a trabajar por el bienestar del pueblo".

La producción del país está por los suelos, los campesinos se niegan a vender sus productos a cambio de un dinero que no sirve para comprar productos, y la situación puede ser desesperada cuando lleguen los primeros fríos del invierno, si se cumplen las informaciones de que la Unión Sovietica ha reducido a un mínimo los envíos de petróleo a Polonia.

En las filas de Solidaridad durante el pasado congreso se advirtieron síntomas claros de cansancio y de irritación. Ha pasado ya la fase de la euforia revolucionaria de los días de la huelga del Báltico, de la lucha por conseguir un sindicato independiente. Gdansk, en octubre de 1981, no es lo mismo que en agosto de 1980, cuando la firma de los acuerdos de hace un año.En el congreso de Solidaridad salieron a relucir las tendencias y discrepancias latentes en una organización de diez millones de afiliados. Walesa apeló, al concluir el congreso, para que se mantenga la unidad, y habló de los pequeños grupos que pueden destruir nuestro movimiento. No podemos permitir que nosotros mismos dividamos nuestros movimiento en pequeños grupos".

Walesa ha ofrecido negociaciones al Gobierno polaco, pero el problema ahora es saber si el presidente de Solidaridad tiene la fuerza suficiente para imponer a sus afiliados la cura de caballo que necesita la economía polaca.

Un Walesa puesto en tela de juicio por amplios sectores de Solidaridad será una presa fácil para sus contrarios en Solidaridad en cuanto se produzca la primera discrepancia con el 13obierno. A este problema de un Walesa debilitado y con una dirección del sindicato que parece tender hacia posiciones mucho más radicales se une la ausencia de propuestas por parte del Partido Obrero Unificado Polaco (POUP, comunista) para salir de la crisis.

El POUP produce la sensación de una carencia ideológica y una total falta de dirección. A mediados de la próxima semana se reunirá el pleno del Comité Central, que podría traer cambios en la cumbre del POUP.

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