_
_
_
_
MUBARAK, SUCESOR DE SADAT

Israel podría negarse a evacuar el Sinaí

Israel no se retirará del Sinaí en abril próximo, como estaba previsto en los acuerdos de Camp David, y endurecerá su posición en todos los aspectos del conflicto árabe-Israelí. Esta es la opinión de los responsables del ala dura palestina, expresada en Beirut tras el asesinato del presidente Sadat.Un punto de vista similar parece tomar cuerpo en Israel, donde los extremistas de derecha, opuestos a los acuerdos con Egipto, han comenzado a pedir al Gobierno que cotigele los planes de devolución. Moshe Dayan, el ex ministro de Asuntos Exteriores , dijo ayer que el asesinato del líder egipcio "acarreará un cambio básico, porque toda la política actual estaba basada en su persona".

Incluso un moderado como Isaac Rabin, ex primer ministro, ha venido a apuntalar la tesis de los radicales palestinos: "El asesinato de Sadat abre una nueva era y suscita numerosos interrogantes sobre la continuación del proceso de paz. Es difícil creer que sin Sadat es posible proseguirlo en el marco perfilado en Camp David".

Para los duros de la guerrilla palestina, Tel Aviv pretextará la inestabilidad del régimen egipcio como argumento para rechazar la evacuación del Sinaí. Un profesor, Elías Chufani, jefe del departamento israelí en el Instituto de Estudios Palestinos de Beirut, estima que Israel cancelará definitivamente el proyecto de autonomía administrativa de Cisjordania, previsto también en Camp David.

Nimeiry, blanco principal

Tras el asesinato de Sadat, el jefe del Estado sudanés, Gaafar el Nimeiry, aparece como el objetivo número uno de los radicales árabes, de creer recientes declaraciones de miembros de Fatah. La desaparición del rais, que era el principal apoyo de Nimeiry, sobreviene en un momento crítico para el régimen de Jartum, que afronta una situación interior muy difícil y en el exterior una escalada imparable de tensión con Libia.

Sudán se considera agredido por las tropas libias estacionadas en Chad y ha denunciado en la ONU "repetidas violaciones de su espacio aéreo" y concentraciones de tropas libias en su frontera.

El asesinato de Sadat, de otra parte, ha servido para mostrar el grado de audacia y la disposición a la inmolación personal de que han dado muestras sus autores, minuciosidad y riesgo que es posible encontrar en las manifestaciones violentas que caracterizan el ascenso del integrismo musulmán en los dos o tres últimos años.

Para los observadores árabes es poco probable que los kamikazes que asesinaron al líder egipcio consigan la instauración de un nuevo poder en el Nilo, pero han galvanizado a sus compatriotas al mostrar cómo un musulmán está todavía dispuesto a morir por aquello en lo que cree.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_