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Alegaciones de los defensores de los implicados en el golpe de Estado del 23 de febrero

El abogado de Tejero no menciona la agresión al teniente general Gutiérrez Mellado

«El día 10 de enero de 1981 se celebra un almuerzo en la Capitanía General de la III Región Militar, al que asisten el teniente general Milans del Bosch, su ayudante el teniente coronel Más, el general Armada Comyn y el coronel Ibáñez Inglés, segundo jefe de Estado. Mayor de la III Regíón Militar, con sus respectivas esposas, sosteniéndose una conversación privada en el despacho del anfitrión, teniente general Milans del Bosch, entre éste y el general Armada, antes y después del almuerzo.El general Armada refirió las conversaciones que había tenido en el Pirineo con su majestad el Rey y su majestad la Reina, manifestando el general Armada que el Rey estaba ya harto de Suárez o de la actuación de éste y que estaba viendo la posibilidad de cambiarlo como jefe de Gobierno; que habían pasado revista a los futuros presidentes de Gobierno y que no encontraban ninguno idóneo. Que el Rey se inclinaba por un Gobierno de civiles, y la Reina, al parecer, por un Gobierno de militares.

En el transcurso de esta conversación, el general Armada refirió igualmente al teniente general Milans que en sus conversaciones con el Soberano habían hablado de la situación grave que atravesaba España y de la posibilidad de que hubiera alguna acción violenta, a lo que su majestad el Rey había dicho exactamente que «habría que ver la forma de reconducirla».

Es también en el transcurso de esta conversación habida en Valencia cuando ambos generales del Ejército acuerdan establecer contacto con deterrninadas personas en Madrid a quienes poder transmitir la preocupación real, para lo cual el general Armada autoriza al teniente general Milans del Bosch a hacer uso discreto de cuanto al respecto le había dicho.

El 18 de enero de 1981 se celebra en Madrid, en un piso de la calle del General Cabrera, número 15, perteneciente al teniente coronel Mas, una reunión, a la que asiste el teniente general Milans del Bosch, el general Torres Rojas y los tenientes coroneles Mas y Tejero.

El día 19 de enero de 1981 el coronel Ibáñez Inglés se traslada a Lérida, para comunicar al general Armada el resultado de las conversaciones del día 18.

A partir del 18 de enero se sucede una serie de conversaciones favorecidas por hechos ya previstos, como el nombramiento del general Armada como segundo jefe del Estado Mayor del Ejército de tierra, después de la dimisión del presidente Suárez, y, consiguientemente, el traslado a Madrid del citado general. En estas conversaciones se le encomienda al teniente coronel Tejero el informe sobre una operación alternativa de entrada en el palacio de la Moncloa o en el del Congreso de los Diputados, acción que deberá llevar a cabo una vez que la superioridad, a la vista de los estudios que presente el teniente coronel Tejero, haya tomado la decisión sobre la mejor operación a realizar, como así sucedió, decidiéndose la superioridad pór la entrada en el palacio del Congreso.

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Intervención de Cortina

En días próximos al 23 de febrero de 1981, el comandante Cortina, del CESID, hombre de confianza del general Armada e intermediario en las conversaciones entre éste y el teniente coronel Tejero, sostiene una entrevista con el teniente coronel Tejero en presencia del capitán Iglesias, de la Guardia Civil, adscrito al CESID; en la conversación, que tiene lugar en el domicilio particular del comandante Cortina, en la calle de Biarritz, número 3, del Parque de las Avenidas, el comandante Cortina informa al teniente coronel Tejero que ha sido acordada por la superioridad la entrada en el palacio del Congreso, e informa de los pormenores de la operación y de la necesidad de llevarla a cabo, transmitléndole que debe entrevistarse -el teniente coronel Tejero- con el general Armada, a requerimiento de éste.

La entrevista entre el general Armada y el teniente coronel Tejero se celebró unas horas más tarde y en ella el general Armada precisó la hora exacta en que debería producirse la entrada en el Parlamento, y que allí debería esperar la llegada de una autoridad militar, que se identificará por la contraseña Duque de Ahumada. Precisó igualmente el general Armada que la entrada en el palacio del Congreso deberá hacerse al grito de «¡Viva el Rey!» y «¡Viva España!».

Ni en esta ni en las conversaciones anteriores se le autoriza al teniente coronel Tejero, ni siquiera se le insinúa, que haya de proceder a la disolución del Parlamento ni a la dimisión del Gobierno una vez que se haya producido la entrada en el Congreso de los Diputados; 16 que el teniente coronel Tejero cumplió con toda exactitud, como veremos más adelante en la narración de los hechos, manteniéndose siempre como un mero ejecutor de las órdenes recibidas de la superioridad, consciente en todo momento, porque así se le había reiterado, de que era un acto de servicio a la Corona, a España, a la Constitución y a la democracia.

El día 23 de febrero, sobre las 18.23 horas, el teniente coronel Tejero, al mando de varios guardias civiles, procedentes de diversas unidades, penetró en el Parlamento al grito de «¡Estoy a las órdenes del Rey y de los generales Milans del Bosch y Armada!», invitando a todo el mundo a que guardara silencio y que se arrojaran al suelo, mientras la fuerza realizaba unos disparos de advertencia, de carácter preventivo, en evitación de que cualquier diputado, o persona que se encontrara en la tribuna de invitados y que pudiera portar armas, tuviera la ocurrencia de hacer frente, a la fuerza, desatándose con ello una situación de violencia no deseable y en la que hubiera que lamentar desgracias personales.

.En ningún momento se cerró el contacto del Parlamento con el exterior, teniendo acceso al palacio de Congresos numerosos jefes y oficiales del Ejército, orden público y policía, así como personal civil, no exigiéndose contraseña alguna a quienes en el edificio penetraban.

Al llegar el general Armada al palacio de Congresos solicitó la presencia del teniente coronel Tejero, transmítiéndole la contraseña duque de Ahumada, tras lo que el teniente coronel Tejero, en el patio del palacio del Congreso, dio las novedades al general Armada. Este le ordena: «Tejero, quite la tropa del hemiciclo, reintegre a sus puestos a los diputados que estén fuera de él, que les voy a proponer la formación de un Gobierno presidido por mí», lo que fue escuchado por varios capitanes y tenientes de la Guardia Civil, que se encontraban próximos a ambos jefes del Ejército.

Diputados de UCD, PSOE, y PCE en el "Gobierno. Armada"

El teniente coronel Tejero preguntó al general Armada si el teniente general Milans del Bosch iba a ocupar alguna cartera en el Gobierno de cuya formación hablaba, a lo que el general Armada le contestó que él era el único militar del nuevo Gobierno y que iba, repitió, como presidente, y añadió que iban en él los diputados Felipe González, Solé Tura y Múgica Herzog, por el PSOE, y varios otros de UCD.

Ante tales manifestaciones, el teniente coronel Tejero respondió que eso no se lo había comunicado ni el teniente general Milans del Bosch, capitán general de la III Región Militar, había proclamado reuniones que habían tenido, respuesta que, igualmente, fue oída por capitanes y tenientes que, como se había dicho anteriormente, se encontraban en las proximidades.

Ante los rumores que llegaban al Parlamento, a través de quienes en completa libertad entraban y salían del mismo, señalando que la entrada y permanencia en el palacio del Congreso por el teniente coronel Tejero y la fuerza de la Guardia Civil a sus órdenes era una rebelión, los ocupantes decidieron el envío de un comunícado a los medios informativos, expo-

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El abogado de Tejero no menciona la agresión al teniente general Gutiérrez Mellado

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niendo el origen y razones de la operación ordenada por la superioridad que, según se le había manifestado reiteradamente al teniente coronel Tejero, respondía a una decisión real.

Con anterioridad a estos hechos, el teniente general Milans del Bosch, capitán general de la III Región Militar, había proclamado ya un bando en Valencia, tomando posiciones en aquella capital los carros de combate.

Sobre la 1.30 horas, se produjo la llegada al Congreso de los Diputados del comandante Pardo Zancada, de la DAC Brunete número 1, al frente de una unidad de la Policía Militar número 1, salida de El Pardo sin que sus mandos superiores se lo impidieran.

Conversaciones con Armada

A lo largo de toda la noche y madrugada se produjeron diversas conversaciones entre el teniente coronel Tejero, el teniente general Milans del Bosch, el general Armada y el comandante Pardo Zancada, en el transcurso de las cuales se trató de la forma en que podían deponerse las armas, tras la alocución de Su Majestad el Rey por radio y televisión, redactándose el escrito de rendición y saliendo los diputados del Congreso antes de mediodía del día 24 de febrero.

Ni en la previa entrada ni a lo largo del tiempo que permanecía dentro del palacio del Congreso, el teniente coronel Tejero dio en momento alguno órdenes a los oficiales ni a la fuerza de que efectuasen disparos contra unidades del Ejército ni Guardia Civil o Policía Nacional o persona alguna perteneciente a las Fuerzas Armadas y de Orden Público que se aproximara al Congreso de los Diputados o intentara desalojarles.

Existen igualmente numerosos testimonios de los oficiales y números que acompañaron al teniente coronel Tejero en el Congreso, así como militares y civiles que tuvieron acceso al mismo, de que en todo momento el teniente coronel Tejero manifestó que su presencia allí era en cumplimiento de órdenes de la superioridad, autorizadas por su majestad el Rey, al servicio de España, de la Corona, de la Constitución y de la democracia».

Para el abogado del teniente coronel Tejero «no existe delito en los hechos narrados en la primera de las conclusiones», y «sin delito no puede existir autor del mismo», por lo que pide la libre absolución, y propone, entre otras pruebas, la de «recabar reverentemente» una declaración del Rey y de la Reina respecto a un cuestionario determinado.

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