La patronal francesa, reticente ante el plan económico de Mitterrand
La patronal francesa, tras la presentación oficial del plan económico y social del Gobierno, continúa manifestando su desconfianza en la gestión mitterrandista. Al mismo tiempo, el Consejo de Estado, organismo velador de la Constitución, emite reservas a propósito de las nacionalizaciones.Anteayer, a la hora de analizar las medidas expuestas por el primer ministro, Pierre Mauroy, como motor de la máquina económico-social que pone en marcha la nueva Administración para salir de la crisis, la Prensa se manifestó reticente y desconfiada, con unanimidad casi total. A tal punto llegó el desconsuelo, que, ayer, el diario Le Matin, próximo al poder, creyó necesario salir al paso, de manera excepcional, con un «no a los procuradores insignificantes», refiriéndose a los demás órganos de Prensa, que, en su opinión, representan «una ola creciente e inquietante de todas las fuerzas del egoísmo».
El presidente del CNPF (patronal francesa), François Ceyrac, oficialmente, se sumó a los insatisfechos. El poder económico privado francés afirma no mantener ningún prejuicio contra el Gobierno socialista, pero juzga al Gobierno por sus actos y, por ahora, no parece dispuesto a jugar el juego, tal como lo solicita el primer ministro. Los patronos le reconocen al Gobierno buenas intenciones que, por el contrario, no reconocen en los hechos.
Esencialmente, la patronal afirma que «no se puede decir que se desea favorecer a la empresa y por otra parte penalizar a los empresarios». Con estas palabras quiere decir que le parecen buenas algunas medidas o intenciones oficiales, pero rechaza lo que califica de «página negra de la economía francesa»; en primer lugar, la lista de impuestos nuevos, que, en última instancia, «repercutirán sobre las empresas». Acto seguido, las nacionalizaciones de la banca y de los grupos industriales, «a los que se les castiga porque son prósperos». Por otra parte, la patronal no cree en las virtudes de la reducción de las horas de trabajo, y cita como ejemplo a Japón: el país más competitivo técnicamente y en el que más se trabaja.
El Consejo de Estado publicará de un momento a otro su veredicto sobre las nacionalizaciones. Este organismo tiene sólo un carácter consultivo, pero en el clima actual de reticencia ante los planes económicos del Gobierno, pudiera influir en el futuro inmediato. De antemano ya se sabe que el Consejo emite reservas en lo tocante a las modalidades de nacionalización de la banca, que considera arbitrarias, y respecto a la forma de indemnización. Por otra parte, alguna banca norteamericana ya ha anunciado su intención de romper sus relaciones económico-financieras con los nuevos establecimientos nacionalizados galos.
La hora del realismo ha sonado para el poder mitterrandista. En un primer momento, la desconfianza es predominante. En el interior del Gobierno y del partido la lucha de tendencias pudiera despertarse y dar al traste con el capital de simpatía de los primeros meses.
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