La rantarina, medicamento soviético competidor del ginseng
Un grupo de investigadores soviéticos ha puesto a punto una poción mágica cuyas virtudes médicas y tonificantes pueden rivalizar, con ventaja según ellos, con el ginseng. El producto, llamado rantarina, se prepara con la cornamenta de ciertos renos siberianos.La rantarina parece ser un remedio sumamente eficaz contra el estrés, y sus propiedades estimulantes aumentan la capacidad de trabajo fisico e intelectual. La Comisión de Control de los Medicamentos de la Unión Soviética le ha dado el visto bueno al producto, y éste es utilizado ya en ciertos centros médicos para el tratamiento de neurosis, úlceras de estómago, gastritis crónica y tuberculosis. La rantarina sirve asimismo para al¡viar ciertas dolencias hepáticas y las inflamaciones de la vesícula biliar, y al parecer tiene también utilidad domo regulador del sistema cardiovascular.
En la actualidad, la rantarina sólo se produce artesanalmente, en los koljoses siberianos especializados en la explotación ganadera de renos. Estas granjas colectivas han puesto a punto un procedimiento de fabricación y conservación del medicamento, en colaboraclón con el laboratorio de¡ Instituto Farmacológico de la ciudad siberiana de Magadan.
Producción industrial
La Prensa soviética ha subrayado recientemente la necesidad de superar la actual etapa artesana, para conseguir una producción industrial de la rantarina, que podría suponerle al fisco ganancias superiores a los veinte millones de rublos en una pri mera etapa (unos 3.000 millones de pesetas). Por otra parte, la rantarina podría ser una importante fuente de divisas fuertes si se consigue su comercialización en los países occidentales, en los que la lucha contra el estrés se ha convertido en una obsesión de los medios sanitarios.
Por lo que respecta a la materia prima, los especialistas soviéticos no muestran inquietud alguna. En efecto, la URSS posee más de 2.300.000 renos nórdicos, cuya cornamenta es utilizada para la producción del medicamento. Ello constituye una buena noticia para los investigadores soviéticos, ya que hace unos años estudios similares con la cornamenta de otros tipos de renos, de las especies iziubr y maral, mucho menos numerosos, debieron ser abandonados ante el peligro de extinción de dichas especies.
La abundancia del reno nórdico en la Unión Soviética podrá permitir un serio abaratamiento del producto; como por otra parte se trata de una especie que puede domesticarse fácilmente. la producción de rantarina parece asegurada para el futuro. Los especialistas esperan así rebajar el coste de producción a niveles muy inferiores a los que actualmente ofrece el Ílnseng, del que tiende a ser directo competidor en el mercado soviético, y sobre todo en los mercados occidentales.
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