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La dimisión de Fernández Ordóñez

El ex ministro de Justicia se considera víctima de una operación de intoxicación informativa

El ex ministro de Justicia Francisco Fernández Ordóñez, visiblemente molesto por las filtraciones producidas anteayer en torno a su dimisión y por las interpretaciones publicadas en algunos medios, ha declarado a EL PAÍS que «parece pintoresco el modo en que se ha tratado de manipular mi dimisión en un sector de la Prensa, ya que he observado una seria intoxicación informativa sobre algo que es enormemente sencillo. Algunos no comprenden aún», añadió Fernández Ordóñez, «que se pueda dimitir por la razón obvia y sencilla de que entiendo que no voy a poder llevar adelante mi proyecto político sobre el Ministerio de Justicia en la forma que yo hubiera deseado; no he puesto ningún ultimátum ni chantaje al presidente del Gobierno».

Círculos próximos al ministro dimisionario han confirmado a este periódico que Fernández Ordóñez ya había manifestado su deseo de marcharse a casa hace más de mes y medio, y que apreciaban en él una cierta sensación de cansancio por el acoso a que parece estar sometido dentro de su partido. Sectores democristianos de UCD no han ocultado su oposición a los proyectos procedentes del Ministerio de Justicia. Precisamente, la Comisión de Justicia del Congreso está presidida por Oscar Alzaga, «uno de los que ha debido brindar con champaña ante la marcha de Fernández Ordóñez», según ha comentado uno de los altos cargos dimisionarios del equipo del ex ministro.Operación propia, independiente de Suárez

Los mismos medios han asegurado que la dimisión constituye una operación propia de un sector de UCD de la que sólo estaban enterados los socialdemócratas Luis González Seara, ex ministro de Universidades, y José Antonio Garcia Díez, ministro de Economía, por lo que excluyen terminantemente cualquier relación con las actividades políticas de Adolfo Suárez dentro de UCD, «al menos a corto plazo». «Para Fernández Ordóñez ha sido un regalo salir solo en esta crisis y a petición propia», ha comentado uno de sus colaboradores, «ya que si tarda un poco más en resolverse hubiera salido del Gobiernojunto con los ministros de la colza».

Numerosos comentarios de observadores políticos madrileños se han centrado en el origen e interés de la filtración sobre la dimisión del ministro de Justicia, que fuentes de Presidencia atribuyen al equipo de Ordóñez, y colaboradores de éste adjudican a sectores de la Moncloa.

Otros han recordado las palabras del dimisionario anunciando para el regreso de las vacaciones «una noticia importante sobre su destino político». Círculos próximos al presidente del Gobierno manifiestan que desde el palacio de la Moncloa no había el menor interés en propagar la noticia, ya que su publicidad hacía irreversible la dimisión que Leopoldo Calvo Sotelo trataba de evitar, o al menos retrasar.

Por su parte, Fernández Ordóñez, que había enviado la carta al presidente del Gobierno a las nueve de la mañana del lunes, mediante motorista y con acuse de recibo, conversó en varias ocasiones con Calvo Sotelo durante la mañana, aceptando la petición presidencial de no revelar el secreto de su dimisión hasta que lo hu biera decidido en unos días el propio presidente. Sin embargo, según ha podido contrastar EL PAÍS, la decisión del ministro de Justicia, que, efectivamente, parece responder a lo que expone en su carta, era irrevocable y había sido comentada con otros miembros del sector socialdemócrata de UCD. Fernández Ordóñez estuvo ilocalizable para el presidente del Gobierno desde las nueve de la noche hasta la una de la madrugada.

A última hora de la tarde de ayer remitió la guerra de rumores en torno a las filtraciones y causas de la dimisión, mientras círculos bien informados próximos de UCD aseguraban un nuevo acercamiento entre Calvo Sotelo y Fernández Ordóñez, después de la tensión personal de las últimas horas. Enrique Galavis, director general de Instituciones Penitenciarias, informó a Efe que «no habrá dimisión en bloque en el Ministerio de Justicia, ya que ni Luis Apostua, director de Relaciones Eclesiástícas, ni yo hemos presentado la renuncia a nuestros cargos, que, de cualquier forma, están a disposición del señor Cabanillas».

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